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CAUSA ABIERTA

Brasil: parodia de democracia

Brasil: parodia de democracia

MONTEVIDEO (Uypress /Esteban Valenti) A las 23.10 se alcanzaron los 342 votos (2/3 de los integrantes de la Cámara de Diputados, mientras el “no” obtenía 127 votos, con 6 abstenciones y faltaban votar 37 diputados, así que la mayoría a favor del impeachment será más amplia de lo requerido. La más grave derrota para el gobierno de Dilma Rousseff y del PT.

Asistí desde hace días y, se puede decir que en directo a todo el proceso de destitución de la presidenta Dilma Rousseff. Nadie puede tener dudas, esto culminará inexorablemente en la expulsión de la presidenta de su cargo y la asunción de Michel Temer, su vicepresidente, integrante del partido eterno del poder en Brasil, el PMDB. Los que hacen piruetas jurídicas tendrán que haber escuchado la fundamentación del voto entre los diputados brasileros. Daba vergüenza, una parodia.

Y la historia posiblemente no terminará allí, porque Temer, tiene antecedentes para el inicio de un impeachment y el otro impulsor de este golpe, Eduardo Cuhna el presidente de la Cámara de Diputados, es acusado con pruebas muy sólidas y cuentas corrientes inexplicables en el exterior, de coimas y de corrupción agravada. Casualmente también integrante del PMDB.

En el proceso hay algo de surrealista, de insólito, sobre todo en el debate de los diputados y en la fundamentación del voto, muy parecida a un pobre circo de provincia donde sobraron las invocaciones a la familia, a la tía Isis, a los hijos y nietos, a los vendedores de seguro, camioneros, productores de quinotos y naturalmente todos los prejuicios ideológicos posibles y por encima de todo decena de diputados con invocaciones a la divinidad para explicar su voto a favor de la destitución de Dilma.

Me dio una terrible pena ver esa maratón de pobreza democrática, de hipocresía, de partidos que pocos días antes estaban en el gobierno y que en una voltereta implacable se pasaron de bando. Que débil es la democracia todavía en nuestra América Latina y en particular en Brasil. Los golpistas, de los de antes también estaban allí, no solo en algunas manifestaciones.

La verdad es que gobernar un país con esa fauna parlamentaria es un milagro con pocos antecedentes bíblicos.

Casi nadie hizo referencia a las causas legales sobre las que se basa el pedido de impeachment. Es tan pobre, tan inconsistente que no valía la pena, las  razones eran otras. Por los motivos esgrimidos formalmente, la mayoría de los presidentes del mundo serían destituidos.

La otra cosa que convocaba a la pena y la risa eran las invocaciones contra la corrupción, en un país sumergido por escándalos enormes que apuntan a los más diversos actores políticos, empresariales, incluido en primer lugar el propio gobierno que maneja el país desde hace 12 años, la corrupción era  como un telón de fondo pintado allí con mano siniestra desde hace mucho tiempo, asumido por todos y que se devora una parte importante de los políticos brasileros.

Lo que estaba claro que a Dilma Rousseff no la sacaron por corrupción, sino por pura política y por la presión económica y social de las grandes corporaciones, entre ellas, pero, no la más importantes la de los grandes medios de prensa. El peso de las grandes federaciones empresariales, encabezada por la FIESP, fue un factor clave. Se terminó definitivamente la convivencia y a veces hasta el idilio con el PT.

Ayer cambió América Latina, no solo por el tamaño de la víctima, sino porque se interrumpió un proceso virtuoso de crecimiento democrático y se impuso la violación de principios básicos, de respeto a una Constitución.

¿Qué haremos ahora, expulsaremos a Brasil del Mercosur, como lo hicimos con Paraguay? Miraremos para el costado, nos adaptaremos y nos haremos un poco cómplices. Respetando las magnitudes, el comercio, los intereses y a Poncio Pilatos.

La derecha, gritará a cuatro carrillos su alegría, no jurídica, no constitucional, sino ideológica, política y ECONOMICA. Y de esa victoria no podemos sentirnos ajenos, tenemos responsabilidad, la izquierda tiene una gran responsabilidad.

¿Hubiera sucedido esto, ese aislamiento terrible del PT, casi solo frente a un conjunto de partidos que fueron sus aliados sin los graves errores políticos cometidos y la corrupción galopante? ¿Hubiera sido posible este juicio de final previsible, sin las grandes, enormes manifestaciones de protesta popular en las calles, desde hace meses, desde antes del mundial de fútbol, y con la casi nula capacidad de respuesta del gobierno?

¿Hubieran podido montar este linchamiento si la mayoría de los brasileros no opinaran de forma clara y mayoritaria contra el actual gobierno de Dilma? ¿Sin los escándalos de Petrobras cuyo solo relato sería interminable y oprobioso?

No alcanza con protestar, con amargarse ante una aventura golpista-parlamentaria sin ninguna base legal seria y llevada adelante por personajes corruptos y traidores, hace falta preguntarse qué hizo mal la izquierda.

Nadie puede negar que los cambios económicos, sociales, culturales que vivió el Brasil en la última década no tiene antecedentes y son progresistas y justos. Como nadie puede negar que el combate contra la corrupción lo perdieron en toda la línea, aportando protagonistas de primer nivel a la lista de los acusados y encarcelados. No importa un pito, que desde Pedro 1ro. y todos los partidos hayan sido corruptos, lo cierto es que ese fue el mayor fracaso del PT.

Como también estaba fracasando en la conducción económica, la caída de casi el 4% del PBI durante el año pasado, con su duro impacto en la vida de los brasileros, no es una invención de la derecha. Son errores, es la combinación entre la crisis política y la incapacidad de gestión de las grandes líneas económicas. Y eso se paga, aún si antes se hicieron grandes cosas.

Estoy escribiendo esto el domingo de noche y no necesito ser un lince para prever que mañana los grandes grupos económicos brasileros van a festejar a su manera, subirá la bolsa y bajará el dólar. Es su forma tradicional de festejar. Otra que fuegos artificiales.

El PT y la izquierda brasilera en su conjunto, y la latinoamericana vive una de sus horas más amargas, pero lo peor sería refugiarnos en las condenas morales, en el repliegue total y la renuncia. Hace falta reaccionar y luchar, pero desde la verdad, desde el análisis crítico riguroso, clavando nuestras raíces en las mejores tradiciones de la izquierda. El complejo deformador del poder, nos ha hecho mucho daño.

Siempre es bueno recordar aquella frase castellana: "vinieron los sarracenos y nos molieron a palos, porque Dios ayuda a los malos cuando son más que  los buenos"

Si pudimos ganar y ser más que los "otros" debemos preguntarnos con rigor ¿por qué ahora nos han aislado y golpeado tan fuerte.

La mejor solidaridad, no es llorar junto, es pelear juntos con ideas, con sentido crítico y con rigor y esa es la mejor y única forma de poner las barbas en remojo.

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