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CAUSA ABIERTA

Conducir y hablar por teléfono: una joven sobrevive primer choque pero no el segundo

Conducir y hablar por teléfono: una joven sobrevive primer choque pero no el segundo

Amanda Clark chocó dos veces mientras maneja y usaba su celular. Su madre cuenta la historia de su hija con la esperanza de prevenir muertes similares.

Bonnye Spray y Rena Lepard alertan sobre lo peligroso que es manejar y hablar por teléfono al mismo tiempo, en una presentación la semana pasada en la Secundaria Downey en California. La hija de Spray murió en un accidente mientras enviaba un mensaje de texto.

Amanda Clark escribió acerca de su primer accidente y prometió no volver a conducir y hablar por teléfono al mismo tiempo. Murió al año en circunstancias similares.

La conversación de la adolescente Amanda Clark tuvo un final abrupto cuando su Chevrolet Trailblazer se volcó y dio tres vueltas antes de terminar sobre su techo en el asfalto.

La joven de Oakdale, California, no se detuvo en una señal de PARE y un auto que venía por la otra calle la chocó por un costado. El metal cedió a su alrededor, pero el techo quedó intacto y sobrevivió con apenas algunos rasguños y moretones.

En el 2006, Amanda escribió ampliamente sobre su experiencia para su proyecto de último año en la Secundaria Oakdale.

“Odio la idea de morir sin que mi familia sepa cómo me sentí acerca de ello”, manifestó.

“Creo que todo sucede por una razón y lo de mi accidente automovilístico fue para dejarme saber que necesito ir más despacio y prestar más atención. Sé que necesito cambiar la manera como he estado viviendo. Mi teléfono y conversar con mis amigas me pusieron en peligro. Me doy cuenta cuán fácil es que mi vida terminara porque no prestaba atención”.

Así que cuando finalmente pudo sentirse cómoda al volante después del accidente, prometió dejar de hablar por teléfono mientras conducía.

“Creo que esto fue una llamada de atención para ella”, dijo Bonnye Spray, la madre de Amanda. “Y por un tiempo no habló por teléfono, era más cautelosa. Pero recuperó la confianza en su manejo y quizás empezó a pensar ‘Sobreviví una vez. Soy invencible y nada me va a suceder ahora’ ”.

Casi un año después, Amanda manejaba hacia la ciudad de Manteca y estaba en el teléfono discutiendo con su compañera de habitación. Cuando tomó un desvío en la Carretera 120 hacia la Interestatal 5, perdió el control de su auto y chocó. Los registros del celular muestran que estaba enviando mensajes de texto la momento del accidente.

Los servicios de emergencia le dijeron a la madre que tardaron unos 40 minutos en liberar a Amanda de su abollado auto, pero cuando lograron sacarla hacía 20 minutos que no respiraba. Murió al día siguiente.

Nueve años después, Spray aún llora cuando cuenta la historia de su hija. Es difícil, pero ella habla sobre lo sucedido casi todas las semanas, porque desea que otros jóvenes aprendan de su experiencia.

Spray conversa sobre este terrible momento ya sea ante una audiencia de 800 personas o con personas particulares.

Recuperó la confianza en su manejo y quizás empezó a pensar ‘Sobreviví una vez. Soy invencible y nada me va a suceder ahora’

La semana pasada, Spray contó la historia de su hija a una clase de salud en la Secundaria Downey.

Abril en EEUU ha sido designado como el Mes para Prevenir las Distracciones al Manejar (National Distracted Driving Awareness Month). Y la semana pasada en California fue la Semana para Educar a los Jóvenes a Manejar de Forma Segura (California Teen Safe Driving Week). Pero las presentaciones como la de Downey se llevan a cabo durante todo el año y por todo el país.

Unas 150 presentaciones que llegarán a más de 5,000 estudiantes se han planificado este año como parte de un programa llamado Impacto en los Conductores Adolescentes (Impact Teen Drivers), una programa que consta con la colaboración de servicios de emergencia, educadores, profesionales de la salud y defensores de la seguridad en el tránsito.

A Spray se le unió en la presentación David Aaronson, representante de Impacto en Conductores Adolescentes; Rena Lepard, enfermera del Doctors Medical Center; y Eric Parsons, agente de la Patrulla de Carreteras de California.

En la presentación hicieron énfasis en cómo aumentan las probabilidades de tener un accidente automovilístico cuando estás distraído: es tres veces más probable que choques cuando hay tres pasajeros en el auto; 12 veces más probable cuando tomas tu teléfono para revisar un mensaje de texto; y 16 veces más probable cuando respondes a un mensaje de texto.

Parsons dijo que Impact Teen Drivers comenzó en el 2010, unos años después que se aprobaron leyes que permiten manejar con dispositivos de “manos libres”.

“Ahí fue cuando comenzamos a ver las ramificaciones del manejar distraído”, agregó Parsons. “Con el cambio de las leyes, cambiamos la forma en que codificábamos los choques de tránsito” que tomaban en cuenta el manejo distraído como un factor contribuyente.

En el 2013, un total de 3,154 personas murieron y casi otras 424,000 más resultaron heridas en choques de vehículos motorizados que involucraban a conductores que estaban distraídos, según la Administración Nacional de Seguridad en el Tránsito en las Carreteras.

Ese mismo año, se informó que un 10% de todos los conductores adolescentes involucrados en choques mortales estaban distraídos en el momento del accidente.

Los adolescentes se encuentran entre los conductores que probablemente están más distraídos al manejar, según la agencia de tránsito, y los choques de autos son la causa de muerte número uno entre ellos.

Aunque durante la semana se hizo énfasis en los adolescentes, hay iniciativas durante todo el mes para educar a conductores de todas la edades. Las vallas de anuncios en las carreteras se han iluminado con el lema “No vale la pena”, para prevenir que los conductores manejen distraídos, he incluyen un recordatorio de la multa: $150.

Las agencias policiales del Condado Stanislaus han participado en operaciones especiales, que son financiadas con donativos, cuyo objetivo es colocar más agentes en la calle para enfocarse en los conductores distraídos.

Apenas unos meses después del choque, por primera vez un instructor de manejo le pidió a Spray que hablara sobre lo que le sucedió a Amanda .

Spray nunca había hecho una presentación pública anteriormente.

“Sólo escribí lo básico de lo que había sucedido. Tenía que leerlo y todas las veces lloraba hasta quedar sin lágrimas”, dijo Spray. Posteriormente “me di cuenta que los niños estaban tranquilos, muchos de ellos se secaban las lágrimas y me di cuenta que esta historia tenía un impacto”.
Informe de Nuevo Herald

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