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CAUSA ABIERTA

Lo peor que le podía pasar a Macri: Elisa Carrió de aliada a opositora

Lo peor que le podía pasar a Macri: Elisa Carrió de aliada a opositora

Uno de los peores temores del gobierno macrista está corporizándose: que Elisa Carrió deje de ser una aliada para transformarse en la principal opositora.

El potencial daño político de esa situación hace temblar a los dirigentes de la coalición Cambiemos.

Prueba de ello es la convocatoria que Mauricio Macri le hizo para que concurriera a Olivos antes del viaje que el presidente realizó a Washington a fines de esta semana.

La escalada de declaraciones altisonantes en televisión y su punto culminante con la denuncia en sede judicial contra Daniel Angelici, socio de Macri y titular de Boca Juniors, se transformaron en una verdadera crisis política. Y es que lo que en un comienzo había arrancado como una tibia y hasta cariñosa crítica constructiva, dio paso a su clásico estilo furibundo.

Primero, la toma de partido por la directora destituida en el Indec. Luego, la exigencia de que el empresario Nicolás Caputo se apartase de toda licitación pública para que no se sospeche por su amistad con Macri. Más tarde, la denuncia contra Angelici por su supuesta injerencia en el funcionamiento del Poder Judicial. Y, para rematar, comentarios críticos en Twitter sobre el tenor del ajuste económico.

"No comparto ajustes brutales de agua, gas, transporte en medio de tan alta inflación. No se puede ahogar a la sociedad que nos apoya en el cambio", escribió la implacable Lilita, elevando la situación a "alerta naranja".
La historia se repite

¿Qué está ocurriendo? ¿Es la antesala de la primera crisis política del macrismo justo cuando celebra el regreso al mercado de crédito, la visita de Barack Obama y las buenas señales desde el sector privado?
Todavía no está claro hasta dónde puede llegar la desavenencia, pero, para muchos, lo que ocurre con Carrió no es sorpresa. Como en la famosa fábula del escorpión y la rana, su actitud simplemente es algo que "está en su naturaleza".

A fin de cuentas, Carrió pasó de ser la principal figura, ideóloga y armadora política de la coalición Frente Amplio Unen a ser la artífice de su irrelevancia en el arco político.

Fue a partir de allí que se ganó su fama –al decir del analista Jorge Asís– de ser la "experta en demoliciones" del panorama político argentino.

Y lo cierto es que, en vista de esos antecedentes, muchos dentro del propio macrismo se mostraron, en un inicio, dudosos sobre celebrar el pacto con Carrió. Pero primó la visión según la cual un acercamiento era útil al PRO. El argumento era que permitiría perforar el "techo" que le impedía crecer electoralmente a Macri, todavía visto como un candidato restringido al ámbito porteño de centro derecha.

Y, efectivamente, así fue. Carrió cambió la forma y el fondo del discurso macrista. No solo le hizo sustituir los globos amarillos por banderas multicolores, sino que aportó la pátina de centro izquierda y el discurso moralizador que pone foco en la honestidad y la transparencia en la política.

Es precisamente por eso mismo que ahora hay inquietud en el gobierno. Así como en su momento Carrió aportó apoyo social a Macri, ahora puede erosionar esa base política.

No en el Congreso, porque Carrió preside un bloque que tiene apenas cuatro diputados y un senador.

En cambio, sigue siendo un "peso-pesado" de los programas políticos de TV y su capacidad de daño desde el punto de vista político y de imagen pública es enorme.
Porque una cosa es que desde el kirchnerismo critiquen a Macri y su plan económico, algo que en el gobierno no solo daban por descontado, sino que hasta se lo consideraba deseable porque una crítica kirchnerista es un elogio a los macristas. Pero si quien critica y denuncia es Carrió, la cosa cambia radicalmente: la fuerza política de la diputada es haber ganado, en el imaginario social, un lugar de "gran fiscal de la nación", como la llamó el propio Macri.

 

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