Organización europea denuncia tortura a caballos uruguayos
Una organización alemana denunció que miles de yeguas son torturadas en Uruguay para la obtención de una hormona usada para producción animal. Jonathan Vilar, de For The Animals Uruguay, dijo a Montevideo Portal que presentarán una ley para prohibirlo.
La organización Animal Welfare Foundation (AWF) de Alemania, en conjunto con Tierschutzbund Zürich ( TSB ) de Suiza (TSB|AWF), pidió a través de un comunicado que se prohíba la importación de la hormona PMSG de Uruguay y Argentina, ya que dicha producción no cumple con las estrictas normas de bienestar animal de la UE.
¿Qué es la PMSG (Gonadotropina Sérica de Yegua Gestante)? Un tipo de hormona que circula en la sangre de yeguas preñadas y que se utiliza para estimular la fertilidad de los animales en los procesos productivos ("estimular y sincronizar la entrada en celo", especialmente en los cerdos). Uruguay y Argentina son de los pocos (y más importantes) países en el mundo dedicados a producir y exportar este tipo de hormona.
En el proceso de sacar la sangre con esta hormona, "decenas de miles de yeguas son sistemáticamente torturadas", denuncian estas organizaciones. "Para que productores de carne de cerdo europeos puedan hacer su negocio un poco más rentable, las yeguas son preñadas, desangradas y sus crías abortadas", critica Sabrina Gurtner, directora del proyecto de Tierschutzbund Zürich (TSB).
En Uruguay, la campaña contra esta práctica fue lanzada por la organización For The Animals Uruguay. "Desde acá se empezó a investigar a raíz de denuncias de vecinos de Lavalleja, que veían el estado de las yeguas preñadas después de que les sacaran la sangre. Investigamos los lugares donde se realizaba la actividad, pero no es fácil porque es una práctica que mantienen escondida por la técnica que se usa", explicó a Montevideo Portal Jonathan Vilar, de la organización.
Luego de varios meses de investigación en Uruguay y Argentina las organizaciones lanzaron el documental Blood farms in Uruguay and Argentina (que adjuntamos). En él "exponen una forma de explotación y maltrato a caballos que se ha mantenido oculta por 30 años en estos países sin ningún tipo de supervisión y/o control legal interna ni por parte de la UE como importador", indica el comunicado.
Una vez a la semana aproximadamente 10 litros de sangre son extraídos de la vena yugular del animal. La PMSG se puede obtener cómo máximo hasta el día 140 de la gestación; a partir de ese momento se induce el aborto para interrumpir la misma. Según contó un ex trabajador, se les introduce la mano para romperle la bolsa, generando así un "aborto espontáneo", siendo el potrillo expulsado.
Otro ex trabajador dijo que algunas veces cuando se hace el tacto y el feto está más avanzado que los demás, se le deja crecer y nacer. De manera que si sale hembra podrá servir para producir.
El aborto se realiza estando el animal plenamente consciente. "El procedimiento se realiza a mano en la yegua para extraer al potro. Esto es extremadamente brutal para las yeguas. Además, no reciben tratamiento médico, son abandonadas a su suerte", describió uno de los investigadores europeos de la organización TSB|AWF que pasó semanas recorriendo las rutas de Uruguay.
El proceso
"Ellos no quieren aclarar cómo es el proceso, porque el animal sufre del inicio al final. El animal, si no termina muerto durante el proceso, además de que abortan el potrillo, termina muerto en el matadero cuando deja de servir. Dura unos tres años una yegua en esta actividad, pero normalmente se les muere antes", aclaró Vilar a Montevideo Portal.
En Europa no se realiza la actividad, pero las organizaciones europeas plantean que se prohíba la importación de esta hormona en Uruguay y Argentina. "Las leyes de protección animal de la Unión Europea no permitirían que se llevara adelante esta actividad. En Uruguay sí. Por lo tanto, buscamos presentar un proyecto de ley que directamente prohíba la actividad", explicó Vilar, que contó que ya se hicieron los primeros contactos con legisladores.
Las yeguas pueden sobrevivir dos o tres años antes de morir por anemia o por causas adyacentes al aborto inducido. Aquellas yeguas que sobreviven pero que ya no pueden quedar preñadas, son enviadas a frigoríficos aprobados por la UE. Un empleado de Sarel, uno de los tres frigoríficos de caballos de Uruguay, confirmó que regularmente se faenan yeguas que eran utilizadas para "la sangría", asegura el informe europeo.
En nuestro país hay un "vacío legal" en el tema, porque la Ley de Bienestar Animal no tiene competencia en esta práctica y en el Ministerio de Ganadería no existe una regulación. For The Animals Uruguay hará una denuncia tanto en esta cartera como en la Facultad de Veterinaria, ya que dos de las personas que llevan adelante este negocio en Uruguay son catedráticos de la facultad.
En Uruguay
Activistas de la organización Animal Welfare Foundation ( AWF) en conjunto con Tierschutzbund Zürich (TSB) y del grupo local For the Animals Uruguay (FTA) investigaron durante más de un año dicha actividad llamada "sangría".
Solamente la empresa SYNTEX Uruguay SA exporta en sangre a Europa un valor promedio de 2.5 millones de dólares por mes, indica el informe resultante.
Los compradores de PMSG de Uruguay y Argentina son las compañías farmacéuticas IDT Biologika en Alemania, MSD Animal Health en Suiza, Alemania y Holanda y CEVA con sede en Francia.
El documental muestra un fragmento de video grabado con cámara escondida en un establecimiento de extracción de sangre en Ayacucho, Argentina, en el que se ve cómo los trabajadores patean en la cara a yeguas repetidamente y usan picanas eléctricas para que las yeguas entren o salgan de la zona de extracción. El establecimiento argentino pertenece a la misma empresa que tiene más cantidad de yeguas en Uruguay: SYNTEX.
Además de esta empresa, los investigadores señalaron la estancia La Paloma, de San José, y Las Marquesas de Lavalleja. El dueño de La Paloma, Roberto Mailhos, aseguró a los investigadores que las yeguas "la pasan bárbaro" y que las "salvan del matadero", mientras los restantes se negaron a explicar el procedimiento.
"No hablan porque no les conviene que se conozca, porque mueve mucho dinero, millones de dólares por mes", dijo Jonathan Vilar a Montevideo Portal.
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