Los palacios de Madrid abren sus puertas para evocar la sociedad de antaño

Al gran salón del palacio, con sus columnas de mármol y lámparas imperio, enormes sillones, porcelanas de Capodimonte y jarrones de alabastro, han llegado los invitados de los marqueses de Amboage, que departen entre risas y cuchicheos antes de la cena de gala que esta noche inaugura su casa madrileña.

Después de los postres y los licores, el marqués, Fernando Pla Peñalver, y la condesa de Huertas, abrirán el primer baile que se celebra en este nuevo palacio mandado construir al arquitecto Joaquín Rojí en un terreno de 8.000 metros cuadrados del madrileño Ensanche de Salamanca...

Bueno, una parte de lo anterior es ficticia, pero escenas así y otras menos felices, que debieron suceder en la capital española de hace un siglo y más, podrán ser evocadas a partir del próximo sábado en el programa de visitas "¡Bienvenidos a Palacio!" (www.madrid.org/palacios2016) que promueve desde 2014 la Dirección General madrileña de Patrimonio Cultural.

El palacio estrenado en 1915 por los Amboage, conservado hoy intacto al lado de sus jardines de 700 metros cuadrados, fue adquirido en 1939 por el Estado italiano para establecer su Embajada en España y será uno de los trece que podrán ser visitados hasta julio próximo en esta tercera edición del programa.

En esta ocasión podrán ser admirados además los palacios de Santoña (Cámara de Comercio de Madrid), de Bauer (Escuela Superior de Canto), de Buenavista (Cuartel General del Ejército), de Zurbano (Ministerio de Fomento), de Longoria (Sociedad General de Autores y Editores) y el de la Infanta Isabel de Borbón (Cuartel General del Mando Aéreo General).

También abrirán sus puertas los palacios de Fernán Núñez (Fundación Ferrocarriles Españoles), el de la Duquesa de Parcent (Ministerio de Justicia), el de Godoy (Centro de Estudios Políticos y Constitucionales), el del Marqués de Fontalba (Fiscalía General del Estado), el del marqués de Salamanca (Fundación BBVA) y el del marqués de Villafranca (Real Academia de Ingeniería).

Las visitas, que comienzan el día 27 de febrero, serán guiadas por un equipo de historiadores que explicarán detalles de estos palacios patrimonio de la ciudad, muchos de los cuales son desconocidos para la ciudadanía porque tienen el acceso restringido o porque son de propiedad privada.

La directora general de Patrimonio Cultural, Paloma Sobrini, destaca la gran demanda que tiene este programa entre madrileños y visitantes de la ciudad, "interesados por saber qué pasa de puertas adentro de estos magníficos edificios, en cómo se vive y cómo son su arquitectura y su mobiliario".

"Esta maravillosa riqueza del patrimonio artístico -dice Sobrini- es propiedad de todos los ciudadanos y hay que conocerla para disfrutar y aprender de la historia".

Una de las historiadoras guías de estas visitas, Elena Rosado, ha explicado a Efe que para la edificación de estas grandes casas, entre el siglo XVIII y comienzos del XX, los nobles acudieron a los arquitectos, decoradores y muralistas más prestigiosos de entonces, como es el caso del marqués José de Salamanca que encargó su palacio a Narciso Pascual, que era el arquitecto de la reina Isabel II.

Según Rosado, el palacio del marqués de Fontalba estaba enteramente calefactado y fue de los primeros inmuebles que dispuso en Madrid de telefonía interna para intercomunicar sus diferentes plantas y estancias.

El primer palacio que abrirá sus puertas a los visitantes, el próximo sábado, es el de Santoña, en la calle de Huertas, recién restaurado, que comenzó siendo la casa de los marqueses de Ugena en el siglo XVII y en 1874 pasó a ser propiedad de Juan Manuel de Manzanedo y González, marqués de Santoña.

Estos palacios solían disponer de grandes fachadas, salones suntuosos iluminados con candelabros y grandes lámparas, invernaderos, consolas, cuadros importantes, alfombras hechas a mano, esculturas, oratorios, grandes escaleras, cocheras y caballerizas y fuentes en sus amplios jardines.
EFE