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CAUSA ABIERTA

El criminal nazi Eichmann dijo que no se sentía culpable y solicitó clemencia antes de ser ajusticiado

El criminal nazi Eichmann dijo que no se sentía culpable y solicitó clemencia antes de ser ajusticiado

Recordando la fecha en que las tropas soviéticas liberaron el campo de concentración de Auschwitz, el 27 de enero de cada año se conmemora el Día Internacional de Recordación del Holocausto. Coincidiendo con la fecha, el Gobierno israelí hizo pública este miércoles una carta manuscrita del criminal de guerra Adolf Eichmann, dirigida al entonces presidente Isaac Ben-Zvi, en la que solicitaba clemencia dos días antes de ser ahorcado, en 1962.

Eichmann, responsable directo del envío de cientos de miles de judíos a los campos de exterminio, solicitaba la conmutación de la pena capital al asegurar que él solo fue "un mero instrumento" que obedecía las órdenes de los líderes del nazismo. "Yo no era el responsable, y como tal, no me siento culpable", aseguraba el condenado.

El Mosad (servicio secreto israelí) había secuestrado en 1960 a Eichmann en Argentina, donde se había refugiado con identidad falsa, y le trasladó a Jerusalén para que fuera juzgado por crímenes de guerra y contra la humanidad, entre otros cargos. "Nunca ocupé una posición tan elevada como para ejercer una autoridad independiente, y nunca di órdenes en mi propio nombre, sino que actué de acuerdo con las órdenes de otros", intentó justificarse el condenado para evitar así la ejecución.

También se ha hecho público el texto manuscrito del discurso de acusación del entonces fiscal general de Israel ante el tribunal que condenó a muerte a Eichmann, apenas 15 años después del fin de la II Guerra Mundial. En su prefacio sostenía: "Cuando comparezco ante ustedes, jueces de Israel, para presentar cargos contra Adolf Eichmann no estoy solo. Junto a mí hay seis millones de acusadores. Pero ellos no pueden ponerse en pie y señalar con el dedo al hombre que se sienta en el banquillo al grito de "J´accuse!" en sus labios. Ellos ahora solo son cenizas apiladas en lo alto de las colinas de Auschwitz, en los campos de Treblinka y esparcidas por los bosques de Polonia. Sus tumbas están extendidas por toda Europa. Su sangre grita, pero su voz ha sido acallada. Ahora yo hablaré por ellos, y en su nombre voy a presentar esta terrible petición de condena".



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