La tragedia de lo real maravilloso en América Latina
Para los países desarrollados, todo lo que sucede en esta región del mundo sorprende, porque cuesta creen que en realidad existan semejantes personajes
Personajes como José “Pepe” Mujica, y sus acciones políticas, pasarán a la historia como parte de esa corriente de lo “real maravilloso” de América Latina. (Unión Jalisco)
En la década de 1960 un grupo de escritores latinoamericanos deslumbró al mundo por la originalidad de sus creaciones literarias. Sus obras estaban basadas en dos corrientes: el surrealismo europeo y la realidad autóctona.
Uno de los estilos originados por esa nueva narrativa fue denominado por Alejo Carpentier “real maravilloso”. Este novelista cubano expresa que “todo lo insólito, todo lo asombroso, todo lo que se sale de las normas establecidas es maravilloso”. Y añade que “lo real maravilloso –su propio nombre lo delata- es la viva realidad americana, cuya riqueza diversa, física y espiritual, resulta maravillosa, por lo insólito de su expresión, por el asombro que causa”.
Carpentier aclara que muchos de los sucesos que cuenta en sus novelas no son fruto de su imaginación, sino que están construidos sobre bases verídicas. Enfatiza que al estudiar la historia y la cultura latinoamericana descubrió con sorpresa, que ella es “maravillosa”.
Desgraciadamente para el bienestar de nuestros pueblos, esa característica será jugosa para crear obras que cautiven a los lectores –principalmente a los de los países desarrollados, dado que es una realidad tan ajena a la suya-, pero nefasta para la calidad de vida de los habitantes de este continente.
Un ejemplo paradigmático de lo anteriormente expresado, es lo ocurrido durante el período de Gobierno de José “Pepe” Mujica (2010-2015), el mundialmente admirado expresidente uruguayo. De las tantas cosas “maravillosas” que ocurrieron en esa etapa, nos vamos a centrar específicamente en la virtual quiebra de ANCAP, la petrolera estatal.
ANCAP es una empresa estatal que en régimen monopólico se dedica a explotar y administrar todo lo relacionado con el alcohol y carburante nacional; de importar, rectificar y vender petróleo y sus derivados; y de fabricar portland.
Durante los gobiernos izquierdistas (2005 en adelante) se firmaron convenios -primero con Hugo Chávez y luego con Nicolás Maduro- para importar petróleo en condiciones muy ventajosas. Beneficio que según las altisonantes proclamas de ambos Gobiernos, estaba dirigido a favorecer al “pueblo” uruguayo. Sin embargo los hechos han demostrado, en forma contundente, que las ganancias fueron a parar a cualquier lado pero no al ciudadano común, dado que en ese mismo período hemos tenido los combustibles más caros de la región y uno de los tres precios más altos del mundo.
Durante gran parte de su Gobierno, Mujica puso como presidente de la petrolera estatal a Raúl Sendic, quien como alguien señaló agudamente, “nunca administró ni siquiera un kiosko”, pero tenía el “mérito” de ser hijo de un gran amigo suyo, ya fallecido.
Bajo la susodicha administración, la compañía se embarcó en proyectos ruinosos y gastos extravagantes que le hicieron perder en unos pocos años alrededor de U$S 800 millones. Por ejemplo, en una fiestita para inaugurar una planta desulfurizadora –a la que asistieron Mujica y Cristina Kirchner- se gastaron alrededor de U$S 400.000.
Además, se habla de sobrecostos en varias inversiones. A todo eso hay que sumarle un endeudamiento por U$S 2.173 millones (de los cuales 80 % está pactado en dólares), lo que da una relación endeudamiento /patrimonio de menos de 4 a 1 (el patrimonio a diciembre de 2015 era de alrededor de US$ 200).
Lo concreto es que durante la administración Mujica se fundió a ANCAP. Asimismo, que si estas cosas están saliendo a la luz pública, es gracias a una comisión investigadora parlamentaria impulsada por la oposición.
Frente a estos graves hechos -y muy suelto de cuerpo como es habitual en él-, Mujica declaró que no sabía lo que ocurría en la empresa estatal. Pero simultáneamente expresó que la comisión investigadora es “un desastre”, y que él siempre estuvo en contra de habilitarla. Por otra parte, manifestó que en “en el manejo financiero la chamboneamos”.
Sus dichos provocaron una oleada de indignación nacional por el siguiente motivo: “chambonear” es una expresión popular que se utiliza para indicar una torpeza de poca monta, generalmente dirigida en forma cariñosa a un niño o joven inexperto. La “chambonada” a la que se refiere Mujica le ha costado al país U$S1.000 millones, que deberá ser pagado por “Juan Pueblo”, ya sea vía aumento de impuestos o de las tarifas de las empresas estatales monopólicas de agua, luz, combustibles y comunicaciones. Efecto ya palpable en los bolsillos de los ciudadanos porque en enero esas empresas han aumentado alrededor de 10% sus tarifas. Asimismo, han subido algunos impuestos.
Lo “real maravilloso” ha continuado en el Gobierno de Tabaré Vázquez (2015-2020), correligionario de Mujica. Con el objetivo de maquillar el balance de ANCAP, el Ministerio de Economía le “condonó” una deuda por U$S622. O sea, se quiere transmitir la sensación que ella se “evaporó” por arte de magia, cuando lo real es que en un pase de manos, ese pasivo salió del balance de la petrolera para tener que ser sufragado por la gente común, que no tuvo parte ni arte en ese desaguisado.
Pero lo más “maravilloso” de todo es, que los responsables de fundir a la empresa (presidente, directores y gerentes) siguen en sus puestos, gozando de suculentos sueldos y prebendas, o en el caso de Sendic, disfrutando de la vicepresidencia de la república.
Recientemente nuestros gobernantes emprendieron un acto de salvamento de la petrolera fundida, aduciendo que sus actividades son “estratégicas” para el “desarrollo nacional”. Por esa razón levantaron el receso parlamentario y en los primeros días de enero el Parlamento –contando únicamente con los votos de la mayoría oficialista-, aprobó la capitalización por U$S622 a la empresa (producido mediante el “maquillaje” contable ya mencionado), a lo que seguirá un crédito de la Corporación Andina de Fomento por U$S250 millones, con el fin de tapar las pérdidas por U$S800 millones producidas en los últimos cuatro años.
En el momento de fundamentar su voto afirmativo para el salvamento, Lilián Galán- diputada por el sector liderado por Mujica-, presentó un “maravilloso” informe donde se afirma que “no sólo es eficiente lo que da ganancias”. Argumentó, que la “función social” que cumple ANCAP justifica que llegara al borde de la quiebra.
El público de los países desarrollados seguirá deleitándose con las andanzas de estos personajes que dan vida a lo “real maravilloso”. En cambio, mientras los latinoamericanos no le den la espalda a ese rasgo cultural y abracen decididamente la racionalidad, lo surrealista seguirá siendo la nota distintiva de nuestra historia.
Será pintoresco, pero material y éticamente nefasto.
Hana Fischer, Es.Panampost.com
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