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CAUSA ABIERTA

"O entran a sala o voy a decir que están todos chupando y comiendo en Punta del Este"

"O entran a sala o voy a decir que están todos chupando y comiendo en Punta del Este"

Ya sabiendo que no sería posible juntar a todos los diputados del Frente Amplio para aprobar la capitalización de ANCAP antes de fin de año, el presidente de la Cámara, Alejandro "Pacha" Sánchez (MPP) eligió tomarse las cosas con humor.

"O entran a sala o voy a decir que están todos chupando y comiendo en Punta del Este", amenazó a un grupo de legisladores nacionalistas que esperaban en el ambulatorio el fracaso del intento frenteamplista.

El nacionalista Gustavo Penadés se rió y chicaneó a su colega de izquierda. "Pero si ANCAP tiene un avión ¿por qué no lo usan para ir a buscar el voto que les falta?", preguntó mientras sus correligionarios festejaban la ocurrencia.

El voto que le faltó al Frente Amplio fue el del socialista electo por Soriano, Enzo Malán, quien está de vacaciones en Cuba y, con su ausencia, provocó un hecho político que, a modo de carambola, generó una pequeña crisis en la izquierda y, de paso, un enfrentamiento en el Partido Colorado.

El desencuentro oficialista ocurrido al cierre del 2015 es un símbolo del mal año que padeció el oficialismo –por razones ajenas y por culpas propias- acosado por problemas en la enseñanza, paros diversos, una economía frenada y unos enfrentamientos internos infernales.

A última hora del martes, el Partido Socialista logró encontrar a Malán. El diputado aseguró que viajará en las próximas horas a Uruguay para dar el voto que le falta a la bancada frenteamplista para levantar el receso parlamentario y discutir la capitalización de ANCAP. Por eso, los frenteamplistas se entusiasman con la idea de poder fijar una sesión para este miércoles y realizar un segundo intento por votar el controvertido proyecto de ley.

El intento de Sánchez el martes, de ponerle un poco de color a la última sesión del Parlamento del primer año del tercer gobierno de izquierda, no parece desubicada frente a tanto gris.

Para empezar, hay que decir que fue el propio Frente Amplio el que se metió en este último laberinto legislativo. Porque la capitalización de ANCAP decidida por el presidente Tabaré Vázquez no tenía un apuro particular en concretarse hasta que el martes 22 el mandatario se reunió con el vicepresidente Danilo Astori y el vicepresidente Raúl Sendic.

Allí se consideró que la inyección de US$ 622 millones debía ser aprobada por el Parlamento antes de fin de año para que el balance del año 2015 de la petrolera estatal quedara más o menos ordenado. Y entonces empezaron los líos.

En medio de las críticas de la oposición a la pasada gestión en esa empresa del Estado –que el propio expresidente José Mujica calificó de "chambonada"- el lunes 28 los 16 senadores frenteamplistas lograron juntarse para conseguir el quórum necesario para sesionar y votar esa misma madrugada la capitalización de ANCAP.

Esa noche, mientras los senadores debatían acaloradamente, el nombre y el apellido del casi desconocido diputado Malán comenzaron a recorrer los pasillos, las salas y las antesalas del Palacio Legislativo.

Porque para convocar a la sesión en la que se completaría el trámite legislativo de la capitalización de ANCAP, el Frente Amplio precisaba la presencia en sala de sus cincuenta diputados titulares.

Pero el socialista Malán se había ido de vacaciones a Cuba el domingo 27 de diciembre. Desde la coordinación de bancada del Frente Amplio intentaron comunicarse con este político de 46 años y maestro de profesión, pero en Cuba nadie respondía en su nombre. Recién lo lograron a última hora del martes, cuando ya habían fracasado en el primer intento.

Cuando se dieron cuenta que Malán ya no regresaría a tiempo de sus vacaciones caribeñas para la sesión del martes, legisladores de la izquierda comenzaron a entrevistarse con sus colegas de la oposición para que alguno de ellos ocupara esa banca que había quedado huérfana. No tuvieron suerte con el Partido Independiente, ni con el Partido Nacional, ni con la mayoría del Partido Colorado. Solo el diputado Guillermo Facello, un colorado que responde a Edgardo Novick, les dio noticias de que entraría a sala para otorgar el quórum necesario.

Enterado de esa información en plena sesión del Senado, Pedro Bordaberry se levantó de su banca y le comunicó al nacionalista Luis Lacalle Pou que ninguno de sus diputados estaría presente para beneficiar la capitalización de ANCAP. Lacalle Pou le aseguró que lo mismo pasaría con su partido. ¿Y Faccello qué iba a hacer?

El coordinador de la bancada colorada Germán Cardozo llamó tres veces a su colega y le envió un mensaje de texto vía Antel para saber cuál era su posición sobre el asunto.
Finalmente le mandó un mensaje de WhatsApp a las 22.02 horas que decía: "Hola Guillermo. Te estoy llamando y tenés la casilla llena. Necesito hablar contigo. Abrazo. Germán". Del otro lado, los dos tics azules de "recibido" delataron que Facello había leído el mensaje. Pero no contestó.

A esa altura, todas las fichas del Frente Amplio estaban jugadas a Facello. Y en el Partido Colorado ya se aprestaban para criticarlo una vez que concretara lo que la izquierda le pedía. Pero ayer martes cerca del mediodía, Facello recibió una llamada de Edgardo Novick –a cuyo liderazgo responde- en la que le ordenó que no entrara a sala. Y Facello le hizo caso. Las esperanzas del Frente Amplio de aprobar la capitalización de ANCAP antes de fin de año comenzaban a derrumbarse.

Hubo intentos de llamadas a larga distancia para que Malán abandonara el Caribe de apuro pero del otro lado nadie respondía.

Fue entonces que, ya sabiendo que no había nada para hacer, el diputado Sánchez entró bromeando al ambulatorio, subió a la presidencia de la Cámara, miró a sus otros 48 compañeros y puso a votación el comienzo de la sesión. "49 en 49. Negativo", dijo. Desde el ambulatorio se escuchó un "bieeennn" gritado a coro por legisladores del Partido Nacional que esperaban el desenlace del asunto. Los diputados frenteamplistas se fueron desperdigando de a poco y el coordinado de la bancada, Carlos Varela (Frente Líber Seregni) dio la cara ante la prensa.

"Asumimos la responsabilidad por no haber tenido en sala los 50 diputados. Pero no fue por razones políticas sino humanas. Hay un compañero que está en el extranjero", dijo Varela. Consultado acerca de cuándo se votaría finalmente la capitalización de ANCAP, Varela reconoció que estos días "son muy complicados" y, de inmediato, convocó a la bancada oficialista.

Allí Varela pudo confirmar aquello que decía el Che Guevara: si se quiere hacer una revolución en Uruguay, no es conveniente organizarla en verano. Hay legisladores preocupados porque están pagando multas en agencias de viajes luego de haber decidido retrasar sus vacaciones por culpa de ANCAP; otros ya tienen todo arreglado para irse lejos después del 4 de enero.

Los dirigentes socialistas intentaron todo el martes comunicarse con Malán para pedirle que adelantara su retorno al país. Según les contestaron desde el país gobernado por los hermanos Castro, el legislador estaba paseando por el interior de la isla y por eso no resultó fácil ubicarlo. Recién lo lograron a última hora del martes. Antes de eso el diputado socialista Roberto Chiazzaro ya había dicho a El Observador que, cuando se lo convoque, Malán estará a la orden "en tiempo y forma".

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