Ser presidente de un país acorta la vida, menos en Uruguay
Quienes se presentan a unas elecciones tienen, por regla general, un claro objetivo: ganarlas. Sin embargo, tal vez nunca se plantearon que quedarse a las puertas del poder podría ser más beneficioso para su salud o que incluso les permitiría vivir más años.
Ser elegido mandatario supone un gran cambio en todos los aspectos de la vida de una persona.
Y, precisamente, una de las cuestiones fundamentales de ocupar un cargo público es el "envejecimiento acelerado", debido al incremento de los "niveles de estrés del liderazgo y la vida política".
Así lo determinó un grupo de científicos de la Universidad de Harvard, la Universidad de Massachusetts y la Oficina Nacional de Investigación Económica (NBER) en un estudio publicado en una edición especial de Navidad de la revista científica British Medical Journal (BMJ).
El objetivo: averiguar si ser presidente de un país se vincula con una mortalidad acelerada y saber cómo influye la responsabilidad política en las expectativas de vida de una persona, una vez alcanzado el poder.
Para ello, compararon la media de vida de los políticos electos con la de sus propios competidores, aquellos que nunca llegaron al gobierno.
Más responsabilidad política, menos años de vida
Para ello, el equipo de científicos liderado por Anupam Jena, profesor asociado de la Escuela de Medicina de Harvard, analizó varios aspectos de líderes electos de 17 países con otros candidatos que no resultaron elegidos y que nunca ocuparon un puesto de alta responsabilidad.
"Asumimos que ambos tipos de candidatos contaban con situaciones socioeconómicas similares y con el mismo riesgo de mortalidad", explicaron los autores en el informe.
En total analizaron a 540 políticos -279 electos y 261 que no obtuvieron el puesto- que participaron en elecciones entre 1722 y 2015 en diferentes países de Europa y Oceanía y en Estados Unidos.
"Observamos el número de años que vivió cada candidato tras ser elegido, en relación con la esperanza de vida de una persona de su misma edad y sexo durante el año de su elección", dijeron los investigadores.
Después compararon los resultados entre los candidatos electos y quienes perdieron los comicios.
Gracias a la regresión de Cox, un instrumento de análisis estadístico muy utilizado en el ámbito de la medicina que mide los riesgos de supervivencia, los científicos obtuvieron una cifra estimada de los años que esos políticos podrían vivir hasta su muerte.
Y los resultados son, cuanto menos, reveladores: los líderes electos viven, en efecto, menos años, según el estudio.
"Si no tenemos en cuenta la esperanza de vida en el momento de la elección, observamos los presidentes del gobierno vivieron 4,4 años menos que sus oponentes", aseguran los autores de la investigación.
Sin embargo, los mandatarios eran -de media- casi 4 años mayores el año de la elección que los "subcampeones", por lo que el análisis concluye que, teniendo en cuenta los ajustes por esperanza de vida, los líderes electos vivieron 2,7 años menos después de las elecciones.
"Ser elegido jefe de gobierno o Estado está asociado con un aumento sustancial en el riesgo de mortalidad, en comparación con candidatos en comicios nacionales que nunca gobernaron", aseguran los científicos.
De los 540 políticos que analizaron, sólo 160 viven hoy en día.
Limitaciones
No obstante, los autores del estudio, quel lleva por título "¿Envejecen los presidentes de gobierno más rápidamente?", aseguran que su trabajo tiene "varias limitaciones".
Una de las más importantes es que su análisis no puede ser extrapolado directamente a otros países, porque no tiene en cuenta características específicas.
"Aunque incluimos datos de 17 países, nuestros resultados no pueden ser generalizados a otras naciones", explican.
Los países analizados fueron Australia, Austria, Canadá, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Grecia, Irlanda, Italia, Nueva Zelanda, Noruega, Polonia, España, Suecia, Reino Unido y Estados Unidos.
También destacaron que crearon su base de datos "revisando manualmente fuentes digitales e información que reflejaba normas electorales, las cuales varían según los países y la época".
"Sin conocimiento detallado sobre la historia electoral y la política del país, puede haber errores de medida en nuestra base de datos, aunque no deberían ser sistemáticos", apuntan.
Los autores concluyen que el motivo por el cual los presidentes o jefes de gobierno viven menos años es el estrés y la falta de tiempo para cuidar su salud.
"Nuestros hallazgos sugieren que, en efecto, los líderes electos pueden envejecer más rápidamente", concluyeron los científicos.
El mismo grupo de científicos realizó un segundo estudio comparando a parlamentarios ingleses con ciudadanos y en este caso la conclusión fue que los legisladores tuvieron un riesgo de mortalidad más baja (37%) durante los últimos 65 años.
Es importante, entonces, destacar que la comparación entre presidentes y ciudadanos comunes podría arrojar datos muy diferentes.
"Ser elegido presidente y desempeñarse en cargos públicos está asociado con un aumento sustancial en el riesgo de mortalidad, en comparación con los candidatos no elegidos", agregaron los autores del estudio.
El interesante informe de la BBC no tomó en cuenta a Uruguay. Este martes, por ejemplo, tres expresidentes de nuestro país disertaron en ADM. Entre Jorge Batlle, Julio María Sanguinetti y Luis Alberto Lacalle suman casi 300 años de vida.
También están de lo más campantes Tabaré Vázquez y José Mujica. Ambos suman 160 años.
¿Cero estrés entre los primeros mandatarios de nuestro país? Habría que pedir urgente el Récord Guiness para los gobernantes de este país.
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