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CAUSA ABIERTA

Una rara epidemia que azota Centroamérica podría estar relacionada con el cambio climático

Una rara epidemia que azota Centroamérica podría estar relacionada con el cambio climático

Un pueblo en Nicaragua ha sido afectado por una misteriosa epidemia que se ha cobrado la vida de más de 20.000 trabajadores, en su mayoría cortadores de caña de azúcar. La letal enfermedad, que afecta el sistema renal, podría estar directamente relacionada con las frecuentes olas de calor fruto del calentamiento global.

La enfermedad renal crónica que afecta a los habitantes del pueblo de La Isla, ahora conocido como ‘La Isla de las Viudas’, ha dejado miles de víctimas desde el año 2002 y es objeto de estudio por parte de investigadores y distintas entidades no gubernamentales.

En un principio se consideró que la enfermedad estaba directamente ligada al uso de pesticidas y metales pesados. Sin embargo, el profesor Richard J. Johnson, especialista en enfermedades renales de la Universidad de Colorado (EE.UU.), considera que la elevada deshidratación como consecuencia de las altas temperaturas a las que se ven sometidos los trabajadores durante las temporadas de cosecha y la escasez de agua potable pueden ser la causa.

De acuerdo con Johnson, las temperaturas en algunas partes de Centroamérica han ido incrementando desde la década de los 80 del siglo pasado, así como la cantidad de días de calor al año. Tal situación, sumada a la escasez mundial de agua, podría suponer una epidemia a nivel mundial.

“Nos preocupa que el cambio climático pueda tener grandes efectos en la salud. Si resulta que el estrés por calor es la causa de la enfermedad renal, esto podría afectar a todo el planeta, y en particular a las zonas cálidas”, explicó el investigador.

En la actualidad, la organización no gubernamental Fundación La Isla se encuentra desarrollando un plan de infraestructura mediante el cual los trabajadores reciben el agua, descanso y la protección necesarios para enfrentar las difíciles condiciones laborales a causa del calor.

“Hasta el momento los resultados han sido prometedores: la función renal parece estar estabilizándose entre los trabajadores y su productividad ha aumentado en un 40 por ciento”, declaró Jason Glaser, cofundador de la fundación.
Fuente: The HuffingtonPost, Diario Ecología

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