Torre del uruguayo Vignoly elegida "la peor" del Reino Unido

Un jurado seleccionado por la revista británica Building Design, luego de una instancia de votación popular, eligió por unanimidad a un edificio diseñado por el arquitecto uruguayo Rafael Viñoly como el peor construido últimamente en el Reino Unido. El irónico premio se denomina "Carbuncle Cup".

El rascacielos de oficinas, de 37 pisos y 160 metros de altura, ubicado en el distrito financiero de Londres, fue bautizado como Torre Fenchurch 20, aunque es conocido por el nombre "Walkie-Talkie", debido a su semejanza con los viejos intercomunicadores portátiles.

Entre otros problemas, los expertos indican que su diseño cóncavo hace que los vidrios de las ventanas actúen como lupas inmensas, lo cual aumenta en más de 20 grados la tempera-tura del lugar hacia donde apuntan.

Los rayos solares que el edificio refleja fueron apodados "rayos de la muerte", en referencia a la estrella de la muerte de la saga de Star Wars.

A fines de 2013 comenzó a intentar resolverse este problema del calor con la instalación de una "sombrilla" hecha de aletas de aluminio. A la par hubo desalojos de estacionamientos linderos. Comerciantes vecinos se quejan además porque las estructuras de fincas cercanas a la torre sufren ráfagas de viento. También es criticado el fuerte silbido que provoca el ascensor más veloz.

En un artículo publicado por The Guardian, el crítico de arquitectura Rowan Moore sostuvo que el edificio parece "no tener una relación significativa con su entorno" y que su Sky Garden (una terraza en la parte superior, que se autodeclara el parque público más alto en el Reino Unido) es un símbolo de una economía desconcertantemente desequilibrada".
Infierno desde la torre.

La forma cóncava y la superficie bruñida del edificio de Viñoly creaban un "efecto lupa" que se proyectaba sobre fachadas y objetos circundantes. La mayor anécdota que recorrió el mun-do fue la aparición de un lujoso automóvil Jaguar parcialmente derretido en un parking. Una bicicleta también resultó afectada por el calor. Todo ocurrió en 2013, año que se experimentó con la fritura de huevos en la calle. La temperatura calculada en 36° C. llegó en cambio a superar los 72° C.