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CAUSA ABIERTA

Proyecto Miramar: "El Gobierno debe levantar el decreto como gesto para facilitar el acuerdo"

Proyecto Miramar: "El Gobierno debe levantar el decreto como gesto para facilitar el acuerdo"

El Proyecto Miramar, una de las Redes Frenteamplistas más dinámicas, emitió una declaración sobre el conflicto generado en la educación, donde afirma que se descentraron los ejes e insta al Gobierno a levantar el decreto de esencialidad para retomar el camino del diálogo.

El Proyecto Miramar, una de las principales Redes Frenteamplistas, emitió un comunicado sobre la situación generada en la educación como consecuencia del conflicto docente y el decreto de esencialidad por parte del Ejecutivo.

Integrado por cientos de personas de diversas generaciones de militancia frenteamplista, el Proyecto Miramar (pM), que recientemente conmemoró sus doce años de vida, emitió un comunicado en el que hace un balance de la situación generada durante los últimos días en la educación.

Según el análisis de los "miramareños", en la situación actual se "han superpuesto dos conflictos bien diferentes". Por un lado el tema presupuesto, y por otro el de la esencialidad, que a partir de lo que consideran un error del Gobierno, instaló un nuevo conflicto.

El pM considera que la propuesta de presupuesto del Gobierno, si bien no contempla todas las demandas sindicales, "es la más importante de todo el presupuesto nacional" y podría mejorarse.

De acuerdo al documento, "hay una herida profunda que es preciso cerrar para encarar una transformación que solo puede venir de la mano de un gran acuerdo entre los actores principales", a la vez que destaca que no estaba en juego el principio de autoridad y ahora, efectivamente, está en tela de juicio, lo cual generaría un precedente negativo para el Gobierno y para el país.

TEXTO COMPLETO DE LA DECLARACIÓN DE PROYECTO MIRAMAR

El futuro no es una página en blanco, es una fe de erratas.

Mario Benedetti

 

Estamos en días difíciles para la educación pública, o sea, para el país. Ella ha sido motivo de orgullo e identidad nacional, nos ha formado a la inmensa mayoría y podemos decir, con orgullo, desde el habitante del pueblo más remoto del territorio al actual Presidente de la República, que somos producto de la enseñanza pública. Todo lo que hagamos para tratar de resolver este conflicto con vistas a mejorar la calidad de la enseñanza y fortalecer el clima de diálogo social que se necesita para el proceso educativo, será un aporte real a la construcción democrática y republicana que nos orienta.  

Entendemos que los sucesos que se han venido desarrollando han superpuesto dos conflictos bien diferentes que es necesario analizar y resolver.

1) Presupuesto. Aunque no llegue a satisfacer plenamente las demandas de los sindicatos, la propuesta del gobierno para la educación es la más importante de todo el presupuesto nacional y podría mejorarse, como Tabaré señaló a los medios. Valorar esto en sus justos términos es la base para resolver este conflicto.

Las posturas intransigentes de algunas direcciones gremiales no ayudan a resolver un enfrentamiento desgastante para toda la sociedad ni dejan un terreno fértil para lo que sigue: mejorar la educación pública, que todos pensamos debe dar un salto en lo primordial, para formar a la sociedad uruguaya en valores y conocimientos para desarrollarse en todas las dimensiones individuales y colectivas.

2) Esencialidad. Como reacción a los paros resueltos a pesar del esfuerzo presupuestal propuesto, el Gobierno con su decreto, instaló un nuevo conflicto. Descentró totalmente el tema y agravó una situación que tiene a la educación como la gran damnificada. Otra cosa puede ser respecto a la opinión pública de la cual no somos intérpretes, habrá que ver encuestas y escuchar aquí y allá.

Es notoriamente distinta la respuesta al tema esencialidad que al conflicto presupuestal: el descontento ganó, incluso, a muchos docentes que no acompañaban las medidas gremiales y el desconcierto se ha instalado en amplios círculos de la sociedad.

Pero lo dramático está en el corazón de la educación; hay una herida profunda que es preciso cerrar para encarar una transformación que solo puede venir de la mano de un gran acuerdo entre los actores principales. Sin los docentes, no habrá ningún cambio real. No hay que confundir una correlación de fuerzas sindicales con el cuerpo docente nacional, ejemplo permanente de contribución democrática y abnegada.

No estaba en juego el principio de autoridad y ahora, en los hechos, se lo pone en tela de juicio en la medida que los docentes se plantean desacatar la medida de esencialidad. Esto generaría un precedente mucho más negativo para el gobierno y para el país.

Entonces, se trata de recentrar los ejes: el Gobierno debe levantar el decreto como gesto para facilitar el acuerdo. Sería fantástico que Tabaré y los ministros Murro y Muñoz asumieran que el clima se enrareció y la situación se ha tensado, contrariamente a lo que el Gobierno intentaba. Más vale reconocer esto con humildad y reubicar el debate en sus justos términos. La sociedad se vería beneficiada y entendería rápidamente que el Gobierno actúa en aras de un bien común y superior.

Solo con generosidad, diálogo y actitud componedora de ambas partes se resolverá la situación y el gobierno habrá demostrado verdadera fortaleza y altura de miras.

28 de agosto de 2015

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