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CAUSA ABIERTA

Mas de 3.000 dominicanos se establecen en Uruguay

Mas de 3.000 dominicanos se establecen en Uruguay

“La nueva migración que está recibiendo Uruguay en estos dos últimos años son de Republica Dominicana y se puede decir que hoy tenemos unos 3.000 inmigrantes de ese país, que están trabajando mayormente en las empresas de servicio, tanto vigilancia y limpieza y son mayoritariamente hombres” señala a La República Carlos Valderrama, presidente de la Casa del Inmigrante César Vallejo.

Carlos Valderrama llegó a Uruguay como refugiado político en el año 1993, en momentos que en su país estaba el Fujimorismo instalado.

En nuestro país se vinculó con la colectividad peruana y años después, en 1998, comenzó a trabajar en la idea de establecer una “asociación cultural uruguayo-peruana”, que con el tiempo se transformaría en la casa César Vallejo, que brinda ayuda y apoyo a inmigrantes de cualquier parte del mundo en cuanto a tramitar la documentación y a establecerse, así como presta ayuda a personas uruguayas en situación de calle.

Valderrama, quien sostiene incluso que los datos que el maneja son prácticamente los mismos que maneja Migración, afirma como dato concreto que las mujeres dominicanas que han llegado en este tiempo “vienen a remplazar como personal doméstico sin retiro, a las mujeres peruanas, que había sido la nacionalidad de inmigrantes que había dominado Uruguay desde mediados de los 90 más o menos” indicó.

“Vienen a establecerse como domésticas con trabajo sin retiro fundamentalmente porque no pagan la pensión y la alimentación y el dinero que se ahorran lo envían a su país de origen ya sea para pagar el pasaje del traslado o simplemente dinero para sus hijos, para su familia” sostiene.

Valderrama afirma que ese contingente peruano que dominó nuestro país en esa estadística, “fácilmente llega a los 5.000” e incluso sostiene que “hay aproximadamente unos 700 niños que han nacido de padres o madres peruanas con uruguayos o entre la misma nacionalidad” lo que explica en parte que por ejemplo las mujeres que vinieron como domésticas “se establezcan con el tiempo en otras labores o pasen a ser simplemente amas de casa ya establecidas con su familia”.

El referente peruano insiste en que en los últimos tres años se ha dado una masiva presencia de centroamericanos, en los que República Dominicana lidera esa estadística, pero también hay varios cubanos, panameños, guatemaltécos y salvadoreños.

De todos modos hay que hacer la puntualización que por lo menos un tercio de estos centroamericanos llegan a nuestro país como “puente”, sacan el documento para poder ingresar luego a Argentina, donde se les exige visa pero con documento ingresan a un país que para ellos ofrece más alternativas que Uruguay.

Según las informaciones que posee Valderrama “pese al poco tiempo que llevan los dominicanos en este país, al menos ya hay unos 10 niños nacidos de padres o madres dominicanas, y alguno de ellos ya con sus dos padres dominicanos, por lo que comienza el mismo proceso que pasó con los peruanos” sus coterráneos.

El director de la Casa del Inmigrante, sostiene que en cuanto a otras nacionalidades por ejemplo los africanos vienen muy poco. Se ha dado particularmente del 2006 en adelante, aunque afirma que “la gran mayoría llegan como polizón en los barcos.”

Por otra parte agrega que lejos de pensarse que los orientales, al menos de nacionalidad china prefieran quedarse en nuestro país, por el contrario ninguno se quiere quedar porque por ejemplo “los que llegan en los barcos de pesca son en su mayoría presidiarios, en una política muy interesante que ha hecho la República Popular de China y como quieren terminar la condena y a la vez hacerse de un ingreso económico, porque les pagan por su trabajo, prefieren seguir en los barcos y no caer en la tentación de establecerse en este país” indicó.

Dice que desde hace un tiempo se está dando otro fenómeno, y es la llegada de Hindúes (India), Bengalíes (Bangladesh) y Pakistaníes (Pakistan) “que han venido a hacer un trabajo más técnico” y sostiene debe haber “menos de medio millar” y se los ve frecuentemente cumpliendo labores en la denominada Zona Franca.

Asimismo sostiene que la construcción de proyectos de gran porte, cuando el auge de las papeleras, el personal técnico que vino provenía de algunos países europeos, Turquía, Polonia, Croacia, Bosnia, República Checa, Bulgaria, así como cuando hubo diversas inversiones en la construcción llegaron muchos argentinos, del interior fundamentalmente, además brasileños y bolivianos.

Precisamente bolivianos, chilenos, peruanos, de los que vemos como ambulantes, subiéndose a los ómnibus o en alguna plaza o feria vecinal, dice “no son más de 50 pero además migran bastante, no se establecen sino que van y vienen de Argentina, Brasil”.

Camilo Álvarez, hasta el año pasado director Regional de Mides en Montevideo confirma precisamente que en este último tiempo “la mayoría de inmigrantes que llegaron a nuestro país fueron dominicanos”  señalando que desde el Mides el año pasado estuvieron trabajando activamente con ese contingente como con otras nacionalidades, brindando ayuda, aportando algunas soluciones.

Álvarez en dialogo con LA REPÚBLICA dice que desde Mides más que nada, se apunta a un control y apoyo a personas inmigrantes de bajos recursos, pero en lo personal, entiende que en Uruguay “no tenemos conciencia que estamos recibiendo una cantidad importante de inmigrantes”.

Por lo tanto dice “no tenemos aceitado” un montón de mecanismos que  precisamente son para ayudar a esos inmigrantes que están en situación de mayor vulnerabilidad y que puedan utilizar todos esos servicios que tienen a disposición.”

Dijo que en ese aspecto debemos recalcar asimismo que la Ley de Uruguay es una de las más avanzadas de América Latina, “sin embargo no se cumple a rajatabla con todo ello”.

Indicó que si bien Mides trabaja y apoya activamente a cada sector específico de trabajadores inmigrantes igualmente se trata de orientarlos “a los lugares lógicos a los que pertenecen como sindicato”.

Finalmente Álvarez dice que lamentablemente Uruguay maneja “algunos tecnicismos no muy adecuados” porque por ejemplo cuando vemos a algún inmigrante de los que trabajan en la zona franca, que es personal calificado, hindúes mayoritariamente decimos “son extranjeros”. Pero si vemos a alguien con atuendo peruano o boliviano “le decimos inmigrante, lo que esta significando -y ahí tiene que ver un tema quizás psicológico-  que a medida que aumenta ese contingente extranjero en el país, se produce ese rechazo indirecto o inconciente de la población o de parte de ella al menos”.

La licenciada en Psicología Carina Boggio, que estuvo realizando algunos trabajos con respecto a los inmigrantes que están en nuestro país dijo en dialogo con LA REPÚBLICA que se puede diferenciar los mismos,  prácticamente en dos situaciones bastante claras y notorias.

Por un lado, están aquellos que llegan a nuestro país pensando en salvarse económicamente, pongámosle los dominicanos como ejemplo. “Pero al llegar acá y ver la realidad y que ganan lo mismo que allá pero el costo de vida es el doble, le transmiten a sus coterráneos que no se vengan”. Y así perduran en Uruguay tratando de lograr un dinero para regresar.

Y por otro lado, dijo, tenemos a los hindúes por ejemplo, donde muchos de ellos trabajan en la zona franca, “estuvimos realizando un estudio, son otro tipo de migración y lo llamamos el migrante global. En realidad es una empresa, que por diferentes razones le conviene asentar una base acá. Entonces tienen algunas diferencias con otros inmigrantes; viven en Pocitos, tienen contrato de trabajo a dos años, no hablan español porque no lo necesitan y tienen a la empresa que los protege, y les da la forma de inclusión, por decirlo de alguna manera”.

Por otra parte, a juicio de la psicóloga en nuestro país hay cuestiones importantes que “facilitan” la vida de la gente que llega, como es la adquisición de la cedula de identidad de inmediato. “Eso hace que no haya gente indocumentada que es la peor situación para un inmigrante, ya que sin documento se tiene que esconder. Acá no, porque se da la posibilidad de tener la cédula de un comienzo y eso es un paso muy grande e inclusive a nivel mundial, nuestra normativa permite una inclusión desde el principio”. Pero como contrapartida dice, “la apertura que encuentran no es acorde a esa normativa de avanzada, porque por ejemplo se encuentran con muchas dificultades, prejuicios, etc, basados en el color de la piel, los rasgos, la forma de vestirse, etc.”
Por: Francisco Connio, La República

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