Argentina vota en unas primarias clave para las presidenciales
Los argentinos comenzaron a votar este domingo en las elecciones primarias obligatorias, convertidas de hecho en una primera vuelta o simulacro de las presidenciales del próximo 25 de octubre, que consagrarán al sucesor de la mandataria Cristina Kirchner.
Con tormentas e inundaciones en algunas partes del país, se espera que voten unos 32 millones de electores, desde las 8 de la mañana (11h GMT) hasta las 6 de la tarde (21h GMT), aunque los resultados oficiales se conocerán en las primeras horas del lunes.
En un caso sin parangón y por segunda vez en la historia tras la experiencia de 2011, Argentina definirá en las urnas a los candidatos del oficialismo y la oposición con el padrón completo de 32 millones de electores.
"Es un gran sondeo electoral, que a su vez funciona como primera vuelta. Establece tendencias, ya que la mayoría votará lo mismo en primera vuelta", dijo a la AFP el sociólogo y encuestador Ricardo Rouvier.
Luce raro que el kirchnerismo, en un fin de ciclo tras 12 años en el poder, tenga elegido al postulante, Daniel Scioli. No compite contra nadie en la interna nacional. Es un excampeón mundial de motonaútica de 58 años y gobernador de la provincia de Buenos Aires, bastión histórico del peronismo y que tiene el 40% del censo electoral.
"Las primarias son indicativas de la fuerza electoral de cada alianza. Es de hecho la primera vuelta y un gran sondeo electoral orientativo para la población", coincidió Carlos Fara, director de la consultora homónima.
Todas las encuestas otorgan a Scioli ventaja en intención de voto, con un promedio del 37%. Su gran rival, con el 29%, es Mauricio Macri, un conservador de pura cepa de 56 años, miembro de un grupo empresario familiar y alcalde de Buenos Aires.
Kirchner, peronista de centroizquierda y confrontativa, no puede aspirar a un tercer mandato, tras ser reelegida en 2011. Apoya a Scioli, moderado y dialogante. "Voy a hacer las cosas a mi manera y a cambiar lo que haga falta", anticipó Scioli en su discurso de cierre de campaña, sin Kirchner y rodeado de peronistas ortodoxos. El peronismo pregona un Estado fuerte, el industrialismo y el subsidio social.
- Conservador y popular -
Macri sí tendrá adversarios internos, el senador Ernesto Sanz y la diputada Elisa Carrió. Ambos figuran muy lejos en las mediciones. "Somos el cambio", afirma el alcalde, adepto a las políticas ultraliberales del expresidente Carlos Menem (1989-99) y su ministro de Economía, Domingo Cavallo.
Pero de pronto modificó su mensaje y reivindicó políticas sociales del kirchnerismo, tras un ajustado triunfo en los recientes comicios capitalinos. "Es un error que le ha dado al oficialismo oportunidad de criticar su falta de coherencia y generado confusión en sus votantes", dijo a la AFP el politólogo Rosendo Fraga, de la firma Nueva Mayoría.
Aún así, es la primera vez en la historia argentina que un político conservador puede ganar la presidencia por los votos, y no por uno de los tantos golpes de Estado cívicos-militares que azotaron al país. "Si Macri queda a cinco puntos o menos de Scioli, puede hacer creíble que compita con éxito", dijo Fraga.
En los sondeos reapareció el tercero en discordia, Sergio Massa, diputado y exjefe de Gabinete de Kirchner, peronista de centroderecha: bajaba a 10% y ahora ronda el 20%. Massa también tendrá adversario interno, el gobernador de Córdoba (segundo distrito), José de la Sota, otro peronista ortodoxo. Los estudios dan ganador al diputado.
- Dudas económicas -
Gane o pierda el oficialismo, se percibe un cambio de época. La economía oscila entre el estancamiento y un crecimiento raquítico. La desocupación no se agravó (7,1%) y el consumo repunta. Pero la inflación es mayor al 20%.
"Es indudable que más amigo de los mercados es Macri y más amigo del Estado es Scioli. Pero ambos coinciden en la necesidad de inversión", comentó Rouvier. "Si ganara Scioli, convocará a acuerdos socioeconómicos", evaluó.
Argentina, gran proveedor mundial de alimentos, sufre por la caída de las exportaciones. Baja el precio de la soja y el comercio con Brasil. Hay viento en contra y las clases pudientes se vuelcan a comprar dólares.
Scioli defendió de Kirchner sus políticas asistenciales, con la nacionalización de fondos jubilatorios, Aerolíneas Argentinas y la petrolera YPF. Desde el gobierno de su fallecido marido, Néstor Kirchner (2003-2007), el país crecía al 8% anual.
Pero hoy son una amenaza los juicios en Nueva York de los 'fondos buitres' (especulativos), rebeldes del canje de la deuda acordado tras la suspensión de pagos del año 2001.
"En un eventual gobierno de Scioli, posiblemente se buscará un arreglo con los 'holdouts' (buitres), se solucionará el 'cepo cambiario' (ventas limitadas de dólares) y se atenuarán impuestos a las exportaciones", dijo Luis Costa, director de la consultora IPSOS-Mora y Araujo. Otra Argentina comienza a perfilarse.
AFP
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