Blogia
CAUSA ABIERTA

River Plate aplasta a Tigres y es el rey de América

River Plate aplasta a Tigres y es el rey de América

River Plate se coronó campeón de la Copa Libertadores por tercera vez en su historia al aplastar a Tigres en el Monumental.

Los Francescoli, Hernán Crespo, Ariel Ortega... Ya tienen herederos. Han tenido que pasar 19 años para que River Plate volviese a conquistar una Copa Libertadores, la tercera de su historia -1986, 1996 y 2015-. En aquel glorioso equipo que venció a América de Cali estaba un Marcelo Gallardo de jugador que ahora es el entrenador de un River otra vez campeón.

River vuelve a a ser el dominador del fútbol sudamericano, además de esta Copa Libertadores, ganó hace unos meses la Copa Sudamericana y la Recopa Sudamericana. Ahora trasladará al resto del mundo su poderío, que será puesto a prueba en el Mundial de Clubes del mes de diciembre.

Tigres fue un digno rival, pero nunca se creyó que podía ganar a River. Resulta difícil de creer que un equipo con jugadores de categoría como Gignac, Sobis, Damm o Aquino no haya sido capaz de marcar un tanto a su rival en 180 minutos. Mérito de los defensas de River. O también falta de acierto de los delanteros del equipo mexicano. Según se mire.

El encuentro del Monumental fue un calco de lo acontencido hace una semana en Monterrey. Tigres dominó aunque sin la pegada necesaria para ganar títulos. La que sí tuvo, en cambio, un River que esperó su momento que llegó antes del descanso. Vangioni se olvidó de su demarcación de lateral, para convertirse en extremo, y poner un preciso centro a la cabeza de Lucas Alario (1-0). Lo de este chico es más que un cuento de hadas. Su protagonismo en la Copa ha sido incuestionable. Su cabezazo abrió el marcador de un Monumental que enloqueció.

Vuelve a perdonar Tigres... Y River sentencia
En el segundo acto, Tigres tuvo el empate en una acción de Jurgen Damm. El habilidoso extremo ya había avisado en la primera parte, con sus diabluras, regate y pase atrás. Ni Gignac, que la pifió en los primeros cuarenta y cinco minutos, ni Aquino que cabeceó muy alto, aprovecharon los balones servidos desde la banda. Ahí murió el sueño de Tigres y de México de lograr por primera vez una Libertadores.

La furia de Carlos Sánchez hizo añicos las esperanzas mexicanas. Aquino derribó dentro del área al uruguayo, que golpeó con toda su alma desde los once metros un balón que perforó las redes (2-0). Con el equipo mexicano rendido, llegó el tercero desde el córner. Funes Mori se impulsó en el aire lluvioso de Buenos Aires para tocar el cielo (3-0). La fiesta era millonaria. A Tigres le faltarón garras. River Plate llora de felicidad por volver a ser la envidia de América.
Marca

0 comentarios