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CAUSA ABIERTA

El caso de furia al volante que terminó en tragedia en Estados Unidos

El caso de furia al volante que terminó en tragedia en Estados Unidos

"Tengo mi arma cargada y lista para usar porque un maníaco me está intentando sacar de la carretera". Esas fueron las palabras que le dijo Robert Doyle, de 51 años, al operador del servicio de emergencias de la policía que lo atendió.

Al mismo tiempo, una mujer llamaba al mismo 911 -el teléfono de emergencias en Estados Unidos-, para contar, con voz agitada, que su esposo Candelario González, de 44 años, seguía a Robert Doyle por las calles de Beverly Hills, una localidad cercana a Tampa, Florida.

La razón: "Porque manejaba como un idiota".

Según las grabaciones del servicio de emergencias difundidas este lunes por la oficina del alguacil del condado de Citrus, ambas parejas hablaron a lo largo del suceso con sendos operadores para contar su versión de los hechos.

El incidente original -un desencuentro en la carretera- acabó en tragedia: Robert Doyle le propinó a Candelario González los cinco balazos que acabaron con su vida.
Grabaciones perturbadoras

El suceso ocurrió el pasado jueves pero las grabaciones se conocieron este lunes.

Todo empezó con una riña por los carriles de circulación en carretera.

Robert Doyle manejaba acompañado de su esposa y Candelario González en su camioneta con su mujer Cathy, su hija de 8 años y su nieto de 7.

González consideró que Doyle circulaba de forma demasiado agresiva, por lo que decidió seguirlo hasta su casa para tener su dirección y presentar una denuncia formal.

Ahí es cuando tanto Doyle como la esposa de González, Cathy, llamaron al 911.

En la llamada de Cathy González se oye a Candelario decir: "Lo vamos a seguir hasta su casa".

A lo que el operador responde: "No, no, no".

En la otra llamada, Doyle le dice al operador: "Me están siguiendo hasta mi casa y las armas ya están fuera".

Mientras, desde la camioneta de los González exclama Cathy: "Conducimos una camioneta con un tráiler. No se puede manejar como un idiota".

Por su parte, denuncia Doyle: "Tengo un camión. Algún maníaco me está siguiendo. Está intentando sacarme de la carretera. Mi arma está cargada y lista".

Y se oye gritar a Candelario González: "Hijo de… ¡tiene un arma! Manden a alguien aquí ahora mismo".

A partir de ahí, el tono de Cathy González se torna desesperado: "¡No dispare!".

Y posteriormente se oyen cinco disparos.

"¡Acaba de disparar a mi esposo!", exclama Cathy Gonzalez. "No sé cuántas veces lo alcanzó, pero disparó varias veces. ¡El tipo siguió disparando! ¡Oh dios mío, ha matado a mi esposo!".

Y pide ayuda mientras llora y grita.

Después vuelve a pedir ayuda: "El hijo de… me está haciendo salir de la camioneta con mi hija. Tienen que ayudarme, por favor".

El operador responde: "Los agentes llegarán tan pronto como puedan. Haga lo que le pida".

Un testigo asegura que González estaba de retirada cuando Dolye lo apuntaba con el arma y, según la autopsia, tres de los disparos penetraron por la espalda.

Pero la esposa de Doyle le dijo al operador del 911: "Estábamos en la parte delantera de la casa. Se paró en medio de la carretera y vino hacia mi marido".

Doyle hizo bajar de la camioneta a Cathy y los niños y los apuntó con el arma hasta que la policía llegó al lugar de los hechos.
Homicidio en segundo grado

Robert Doyle, que tiene permiso para portar armas que no estén a la vista, fue detenido e imputado con un cargo de homicidio en segundo grado y tres cargos de asalto por haber sacado a Cathy y los niños del vehículo.

El viernes salió de la cárcel después de que se pagara la fianza de US$60.000.

Algunos expertos consideran que, al tratarse de un enfrentamiento en su propiedad, Doyle puede alegar que actuó en defensa propia.

Sin embargo, le será difícil justificar por qué retuvo a la familia de González a punta de pistola mientras llegaban las fuerzas de seguridad.

El funeral de Candelario González será el próximo viernes.
Víctimas de la furia al volante

El caso de Robert Doyle y Candelario González, por sorprendente que parezca, no es inusual.

La Fundación para la Seguridad del Tráfico de la aseguradora estadounidense AAA dice que estos sucesos vienen en aumento desde 1990.

La organización tiene una serie de consejos para los conductores que se encuentren ante personas agresivas en la carretera:

    mantener la calma
    no caer en provocaciones ni devolver gestos obscenos
    mirar hacia otro lado o evitar el contacto visual con un conductor agresivo
    bloquear las puertas del auto
    denunciar comportamientos agresivos a los guardias de tráfico
    en caso de ser perseguidos, no manejar hacia la casa sino acudir a una estación de policía o un establecimiento público.
Fuente BBC

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