La enfermiza relación sexual entre Marilyn y Bobby Kennedy
La rubia fue tras el hermano de JFK la misma noche del célebre "Happy birthday Mr. President". Lo sedujo enfrente de su esposa. Y mantuvieron encuentros hasta el día en que ella murió misteriosamente.
Que eran amantes, hasta ella misma lo admitía. Su célebre “happy birthday Mr. President” fue una muestra descarada y pública de la relación entre ellos: Marilyn Monroe y John Fitzgerald Kennedy.
Pero ahora un nuevo libro asegura que la blonda mantuvo también y hasta su muerte una intensa relación con Robert (Bob) Kennedy, hermano de JFK, famoso por su trabajo en la fiscalía y por haber sido asesinado tras lograr salir victorioso en las elecciones primarias del Partido Demócrata en California.
La noticia, que siempre se había considerado una leyenda hasta ahora, forma parte de un libro del investigador y escritor James Neff, y publicado la semana pasada. Llamado “Vendetta”, la obra (cuyo contenido fue adelantado en exclusiva al “Daily Mail”) trata en realidad sobre la guerra que mantuvo Bob con Jimmy Hoffa, un sindicalista famoso -líder de los Teamsters- por sus contactos con la mafia y que terminó muerto en extrañas circunstancias.
De hecho, el autor se atreve a afirmar que Hoffa y Monroe eran las dos obsesiones en la vida del hermano del presidente.
Fueron meses de encuentros sexuales entre Bob y la bomba rubia. La esposa de Robert Kennedy, Ethel, estaba furiosa.
Al parecer, Monroe conoció a Bob en febrero de 1962 durante una cena en su honor frente a la playa de Santa Mónica. Aquel día, la cantante bebió demasiado, por lo que Bob y su ayudante, Ed Guthman, se ofrecieron a llevarla a su casa. Estaba tan borracha que Kennedy tuvo que meterla en la cama y, aunque no sucedió nada, el hermano del presidente quedó enamorado. Este fuego se reavivó, según el autor, durante la fiesta de cumpleaños de John y el famoso “Happy Birthday, Mr President”.
Esa noche, la voluptuosa rubia se sacó el tapado para mostrar un vestido color piel cubierto en pedrería que mostraba sus curvas desnudas. La audiencia suspiró mientras ella cantaba seductoramente su célebre feliz cumpleaños, ante 15 mil personas en el Madison Square Garden. Y Bob sucumbió al hechizo.
Por entonces, Marilyn ya había afirmado a sus amigos que mantenía una relación sexual con el presidente número 35 (la cual, según afirmaba irónicamente, le ayudaba con sus dolores de espalda).
Sin embargo, y siempre según el libro, fue ella quien esa noche decidió que quería dar un paso más con Bob. En palabras del autor, esta “química” quedó patente cuando, según fuentes de la época, Monroe inmovilizó al hombre contra la pared con un objetivo claramente sexual delante de su esposa Ethel. Aunque a la actriz no pareció importarle, no sucedió lo mismo con la mujer de Bob que, al llegar a su hogar, dijo que aquella escena era lo más asqueroso que había visto en su vida.
Según el entrevistador Lou Harris, “Marilyn fue detrás de Bobby. Y ambos siguieron adelante. Ella literalmente lo clavó contra la pared y lo mantuvo atrapado... Ethel se disgustó tanto. Pero a Marilyn no le importó. Era muy descarda, una chica descarada... realmente fue tras él. Y cuando Marilyn iba por alguien, era algo digno de ver”.
Desde ese momento, y durante los tres meses que permaneció con vida Monroe (falleció en agosto), el autor afirma que ambos se vieron de forma fugaz una y otra vez en encuentros en los que Bobby probó la “química sexual” que había entre ambos.
Esta teoría coincide, en parte, con la expuesta hace unos años por los archivos de Fred Otash, uno de los detectives más destacados de Hollywood. Otash destacó que Bob acabó con la vida de la rubia cuando, después de mantener una relación con ella, Marilyn empezó a gritarle que se sentía como un objeto.
A Marilyn la encontraron misteriosamente muerta en su casa de Brentwood, California, el 5 de agosto de 1962. Tenía 36 años. Así, la único obsesión que le quedaba entonces a Bob era Hoffa.
Bobby fue asesinado en 1969. Para 1972, Hoffa desparecía de la faz de la tierra, sin dejar pistas.
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