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CAUSA ABIERTA

Se convierte en una heroína nacional tras matar a su marido maltratador

Se convierte en una heroína nacional tras matar a su marido maltratador

"¿Por qué tienen que morir siempre las mujeres? Que muera también algún hombre", dijo Çilem Doğan cuando la policía le tomó declaración después de matar a tiros a su marido. Ella lo ha dejado claro: años de abuso y maltrato hacen que no se arrepienta de nada. Ahora, es un icono en Turquía, uno de los peores países del mundo para ser una mujer.

Çilem Doğan caminaba custodiada por dos policías, a punto de entrar en la cárcel de Turquía. Pero antes, quiso lanzar un contundente mensaje a los fotógrafos que se habían congregado para documentar el ingreso en prisión de la mujer de 28 años que, presuntamente, había matado a su Haan Karabulut, su marido.

¿Cuál fue ese mensaje? Çilem levantó sus dos pulgares en ese gesto universal que es "genial". Y quiso multiplicarlo por dos. Teniendo en cuenta que estaba esposada y que el próximo destino era una celda, fue toda una declaración de intenciones.

Hablando de declaraciones de intenciones, aquí va otro dato: sobre la camiseta que llevaba se podía leer: "Querido pasado, gracias por todas las lecciones. Querido futuro, estoy preparada".

Su marido quería que se prostituyera
Su madre refrendó ambos mensajes confirmándole a la prensa que su hija no se arrepentía de nada de lo que había hecho. Y así se empezó a hacer pública la historia de Çilem Doğan y cómo su difunto marido había abusado de ella (y la había explotado y maltratado) desde día número 28 después de su boda. Parece un número demasiado exacto, pero es algo que ella jamás podrá olvidar: el primer día que su marido empezó a maltratarla.

Más tarde, el abuso llegó a su culmen. Karabulut la recibió en casa con una orden clara. "Haz las maletas", le dijo. Y ella preguntó para qué. Su respuesta también fue clara: tenía planeado enviarla a otra ciudad y ponerla a ejercer la prostitución para que ella también ingresara dinero en casa. Ella dijo que no, y él la golpeó con saña.

Esto fue lo que Çilem les contó a los policías: "Cuando me negué, él me pegó. Me tumbó sobre la cama y entonces yo recordé que solíamos tener una pistola bajo la almohada. Así que la cogí y le disparé varias veces. Cogí a mi hija y nos fuimos de casa". Esa fue la última vez que Karabulut abusó de ella.

Pero antes ocurrió con una frecuencia terrorífica. El día en el que ella le mató no fue el primero en el que él le había dicho que iba a prostituirla. Ya había pasado en otras ocasiones, como la vez en la que ella se negó y él la llevó al bosque y la tuvo prisionera hasta que su madre se enteró. O cuando la golpeaba estando embarazada y le pidió, estando de 7 meses, que se prostituyera inmediatamente. Çilem ha jurado ante los policías que incluso la pegó estando de parto en el hospital.

Cuando la arrestaron, después de descerrajarle varios tiros al que fuera su marido, Çilem dejó muy claro que había hecho lo que tenía que hacer: "¿Siempre son las mujeres las que mueren? Que mueran algunos hombres también. Asesiné por mi honor".

Heroína en Twitter
El caso de Çilem, su fotografía entrando en la cárcel, la leyenda sobre su camiseta y nuevas imágenes que la muestran hablando tranquilamente con las policías de la cárcel, han hecho que su historia se convierta en viral. Las mujeres turcas activas en Twitter son un clamor; muchas han tuiteado que Çilem tenía el derecho de defenderse si su marido estaba abusando de ella y ya hay una frase que engloba su movimiento de apoyo y defensa: "No estás sola".

Y otra que es tan contundente como sus dos pulgares hacia arriba: "Çilem Doğan es nuestro orgullo".

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