Blogia
CAUSA ABIERTA

Francia es espiada, pero también espía

Francia es espiada, pero también espía

Francia, objeto de escuchas de EEUU según las recientes revelaciones de varios medios de información, espía también las comunicaciones entre Europa y el resto del mundo que transitan por los cables submarinos, ha afirmado este miércoles el semanario francés L'Obs.

A principios de 2008, el entonces presidente, Nicolas Sarkozy, autorizó a los servicios secretos exteriores (DGSE) a instalar estaciones clandestinas en las costas francesas para "escuchar" los cables submarinos, afirma L'Obs, citando "testimonios anónimos de varios responsables actuales y antiguos".

Su sucesor, François Hollande, elegido en 2012, autorizó después a los mismos servicios y legalizó discretamente esas acciones a través de una ley sobre los servicios de inteligencia, adoptada el 24 de junio, agrega el periódico.

Los servicios de inteligencia pusieron en marcha un plan de 700 millones de euros en cinco años (2008-2013) para instalar estaciones de intercepción en varias costas francesas. Esas escuchas se hicieron con la complicidad de grandes empresas francesas, según el semanario. "Al menos cinco cables principales fueron puestos bajo escucha durante ese período con la ayuda del operador de telecomunicaciones Orange y del grupo Alcatel-Lucent, entre ellos el TAT14 hacia EEUU, el I-Me We hacia India, el Sea-Me-We 4 hacia el sureste de Asia y el ACE hacia el oeste de África", sostiene L'Obs.

La DGSE firmó, además, un acuerdo secreto de cooperación con el servicio de inteligencia británico (GCHQ) en el marco de un tratado de defensa firmado en 2010 entre los dos países, siempre según el periódico. Todo eso "explica la sorprendente moderación (de Sarkozy y de Hollande) tras la revelación de su puesta bajo escucha por la NSA" estadounidense, agrega. Los tres últimos presidentes franceses fueron espiados por EEUU de 2006 a 2012, según unos documentos WikiLeaks publicados el 24 de junio por dos medios de información franceses, el portal Mediapart y el diario Libération.

AFP

0 comentarios