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CAUSA ABIERTA

Charleston prohíbe manifestaciones en funerales de masacre racial

Charleston prohíbe manifestaciones en funerales de masacre racial

El ayuntamiento de Charleston aprobó por unanimidad una ordenanza temporal que prohíbe las manifestaciones en funerales, con vistas a las honras fúnebres que se realizarán esta semana para las nueve personas de raza negra asesinadas en una iglesia.

La ordenanza aprobada el martes estipula que nadie puede manifestarse a menos de 90 metros (300 pies) de una iglesia o de cualquier otro recinto donde se efectúe un funeral, ceremonia o entierro, hasta por una hora antes y una después del servicio.

El alcalde Joe Riley dijo en la sesión que la policía recomendó la ordenanza después de recibir información de que un grupo podría querer protestar en uno de los funerales.

El jefe de policía Gregory Mullen se negó a decir qué grupo o grupos podrían querer protestar. Dijo que la información sobre las protestas no estaba relacionada con el debate sobre la bandera confederada.

Por la tarde del martes, el presidente de la Cámara de Representantes John Boehner dirigirá una delegación legislativa bipartidista que viajará a Carolina del Sur el viernes para el funeral del reverendo Clementa Pinckney.

"La Cámara del pueblo sigue teniendo al pueblo de Charleston en sus oraciones mientras guardan luto por estas pérdidas tan absurdas", dijo Boehner en un comunicado el martes.

Pinckney era uno de los nueve feligreses de la Iglesia Episcopal Metodista Africana Emanuel que murieron baleados el miércoles durante una sesión de estudios de la Biblia.

El debate para retirar la bandera confederada

Los legisladores de Carolina de Sur dieron el primer paso el martes para retirar la bandera confederada de su Capitolio, mientras manifestantes en el exterior exigían que ésta sea quitada de allí en respuesta a los recientes asesinatos con móviles racistas de nueve personas dentro de una histórica iglesia afroamericana.

El presidente de la Cámara de Representantes de Carolina de Sur, Jay Lucas, describió los homicidios como un "terrorífico acto de violencia que estrujó el mismo núcleo de cada habitante de Carolina del Sur".

La medida, que permitiría que los legisladores debatieran el retiro de la bandera más adelante en este verano, necesitaba una aprobación de dos terceras partes. Fue aprobada en la cámara baja por 103-10. Posteriormente el Senado la aprobó en una votación oral.


El primer senador en pedir mover la bandera a un museo es hijo del político más poderoso de Carolina del Sur en el siglo pasado, Strom Thurmond, senador y firme partidario de la segregación racial.

El senador estatal Paul Thurmond, un republicano de Charleston, dijo que ama a sus ancestros, pero que apoya que la bandera sea colocada en un museo. Dijo no estar orgulloso de una herencia que incluye tener esclavizada a la gente, e indicó que quiere enviar un mensaje a cualquiera que pudiera desplegar la bandera con orgullo antes de cometer delitos racistas.

"Puedo responder con amor, unidad y amabilidad", dijo Thurmond, "y quizá mostrarle a otros que las motivaciones para un ataque futuro no serán toleradas, no resultarán en una guerra racial, no nos dividirán, sino que fortalecerán nuestra determinación de unirnos".

El inesperado llamado de la gobernadora Nikki Haley para que la bandera se quitara también hizo eco en el sur del país, ya que un número de políticos se pronunciaron contra el estandarte rebelde.

Su decisión, motivada por la masacre de la iglesia Metodista Episcopal Africana Emanuel en Charleston, desgastó repentinamente la postura que muchos legisladores sureños han mantenido a lo largo de sus carreras: que el debatir el estatus de la bandera confederada generaría demasiada división racial hoy en día.

"El homicida lleno de odio que masacró a nuestros hermanos y hermanas en Charleston tiene una visión retorcida y enferma de la bandera. Para nada representa a la gente en nuestro estado que la respetan, y en muchas formas, la veneran", dijo el lunes Haley.

Pero dijo que para muchos otros es "un símbolo muy ofensivo y de un pasado brutalmente opresivo", y alegó que quitarla ayudaría a Carolina del Sur a unirse y sanar.

Cientos se reunieron afuera del Capitolio en la mañana del martes mientras coreaban "¡quítenla, quítenla!", junto al monumento confederado donde la bandera rebelde ondea hasta arriba de su asta, mientras que las banderas de Estados Unidos y el estado están a media asta.

"Esta bandera es una herencia. Si la bajan no se eliminará el racismo. La bandera no jaló el gatillo. La bandera no mató a nadie. Fue una persona quien lo hizo", dijo Mark Garman de 56 años, de Eastover, uno de un puñado de defensores de la bandera en la multitud de cientos.
Fuente Univisión

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