Se ahonda el misterio en torno a la muerte de la joven pareja de novios en San Carlos
Escenas de honda congoja se vivieron durante el sepelio de los dos jóvenes de San Carlos encontrados muertos el pasado miércoles dentro de un auto guardado en un garaje. Dahiana (18) y su novio Alvaro (26) eran jóvenes muy queridos y de vida considerada "normal"; ella estudiaba y el era funcionario del BSE, y estaban de novios desde febrero de este año. La Policía espera pacientemente los resultados de una serie de exámenes encargados al Instituto Técnico Forense (ITF) para poder esclarecer un caso que, por ahora, encierra muchas interrogantes.
La pareja fue encontrada sin vida en el garaje de la casa de Alvaro Antonio Aquino Fontes de 26 años, ubicada en la calle La Rioja del barrio Asturias de San Carlos. El, junto a su novia Dahiana Stefanía Baratta de 18 años, como miles de jóvenes, había salido la "Noche de la Nostalgia" donde estuvieron con amigos en por lo menos dos boliches de la ciudad. No está claro a qué hora decidieron irse a la casa de Alvaro, pero se supone que fue entre las 5.00 y las 6.00 del miércoles a bordo del Chevrolet Corsa que, a mediodía, fue encontrado en el garaje con la pareja en su interior, acostada en el asiento trasero, ya sin vida.
Escenas de honda congoja se vivieron durante el sepelio de ambos, realizado en la necrópolis de San Carlos. Muchos amigos de los jóvenes y sus respectivas familias, aún no daban crédito a lo ocurrido. Dahiana fue princesa en el carnaval carolino el año pasado y estaba estudiando, y su novio Alvaro, era un eficiente funcionario del Banco de Seguros del Estado. Estaban de novios desde los primeros días de febrero de este año, y muy enamorados según se podía confirmar incluso en sus cuentas de facebook. Nadie podía esperar un desenlace como el ocurrido, porque además, hasta el momento no hay explicación que allane el camino: estaban bien, sin problemas y la noche del 24 nadie los vio abatidos o discutiendo.
La pareja fue encontrada por el padre del joven que el miércoles a mediodía abrió el garaje -que está separado de la casa- y se encontró con un cuadro inenarrable: Alvaro y Dahiana yacían sin vida acostados en el asiento trasero del vehículo, sin que nada denotara que se produjo algún hecho de violencia. La madre del joven, había ido al centro de la ciudad, preocupada porque no había llegado aún desde que había salido la noche del martes. Su padre, preparaba un asado en un parrillero contiguo al garaje.
El automóvil Chevrolet Corsa estaba frío y tenía abundante combustible, lo que echó por tierra la hipótesis manejada inicialmente, respecto a que los jóvenes hayan muerto intoxicados por monóxido de carbono o alguna otra emanación producto del motor encendido para mantener calefaccionado el vehículo.
En el interior del auto la Policía incautó una botella de whisky, con parte de su contenido, y otro envase con frutillas embebidas presumiblemente en caña.
No había desorden ni tampoco el garaje mostraba signos de violencia, lo que indica que Alvaro lo abrió con su llave, ingresó y lo trancó por dentro.
Ahora están planteadas una serie de interrogantes en torno a qué fue lo que ocurrió; la autopsia practicada a los cuerpos no arrojó demasiada luz, ya que si bien estableció que los jóvenes dejaron de existir intoxicados, no se pudo confirmar de qué manera y con qué. Cuando fueron encontrados se estima que hacía entre 5 y 6 horas que estaban muertos. Los investigadores tienen toda la expectativa centrada en el resultado que arrojen los exámenes que se están practicando en el ITF de Montevideo, a donde fueron enviadas muestras de sangre y otros fluidos de las víctimas, así como las bebidas encontradas en el coche del muchacho.
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