El chófer de un autobús peruano siniestrado en el que murieron veintitrés personas carecía de licencia
El chófer del autobús que el pasado martes cayó a un abismo, en un accidente que dejó 23 muertos, tenía su licencia de conducir suspendida por haber manejado ebrio, revela hoy el diario El Comercio. La licencia de Avelino Zavaleta fue suspendida durante dos años el 24 de agosto de 2008, al ser encontrado conduciendo en estado de ebriedad. Además, el autobús llevaba 17 pasajeros más de los 32 permitidos, lo que explica la alta cifra de víctimas, ya que además de los 23 muertos hay 26 heridos, de acuerdo con el gerente regional de Transportes de la región de La Libertad, Andrés Recalde, citado por el diario.
Estos hechos han llevado a las autoridades a suspender temporalmente a la empresa Kurrungo, propietaria del autobús siniestrado. La empresa Kurrungo ya sufrió el año pasado una suspensión de licencia durante 30 días como sanción por otro grave accidente registrado el 30 de mayo de 2009 y que se saldó, igualmente, con 23 muertos. Los accidentes de tránsito en Perú causaron el año pasado la muerte de 3.500 personas y suman 30.000 víctimas mortales en los últimos ocho años. La siniestrabilidad en la carretera causó además en ese mismo periodo 46.000 heridos y pérdidas de mil millones de dólares.
Perú, con graves deficiencias en sus carreteras, un parque automovilístico muy antiguo y altas tasas de informalidad entre el gremio de transportistas, tiene el índice más alto de muertes en accidentes de tránsito de la región latinoamericana: 30 fallecimientos por cada 10.000 vehículos, según un informe difundido el pasado diciembre.
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