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CAUSA ABIERTA

Los horrores de las farmacias de la Médica Uruguaya

Los horrores de las farmacias de la Médica Uruguaya

A las cuatro de la madrugada del domingo el hombre de 61 años se despertó con un dolor insoportable en su ojo derecho. Le pidió a su esposa que lo acompañara hasta Emergencia de la Médica Uruguaya. El oftalmólogo de apoyo le diagnosticó úlcera de córnea y le recetó ciproval y aciclovir. De vuelta en su hogar la señora le puso la gotita del primer medicamento y cuando le desparramó la pomada el hombre pegó un grito: "vieja, me quemo vivo". La pobre mujer no sabía si soplarle el ojo a su marido para aliviarlo o atender el teléfono que no paraba de sonar. Como pudo la mujer siguió soplando y levantó el tubo. Del otro lado de la línea una joven muy preocupada preguntó por el socio y pidió por favor que no le pusieran el aciclovir porque por error le habían dado una pomada dérminca y no oftámica. "Con razón, mi esposo está en un grito", replicó la angustiada señora. "Agua, que se eche mucha agua en el ojo, por favor, y vengan a cambiar el remedio", replicó la empleada de la farmacia de la Médicia Uruguaya. Hoy martes, el hombre tuvo que volver a control y el oftalmólogo lo encontró un poco mejor. Aliviado, aprovechó el viaje y retiró medicamentos para el corazón y un inhalador para sus pulmones. Al llegar a su casa aspiró dos veces el medicamento y le sintió un gusto raro. Se lo dijo a la señora que lo miró casi con desdén. Diez minutos más tarde el teléfono volvió a sonar. La mujer atendió y enseguida empalideció. "Viejo, tenías razón, están llamando de vuelta de la farmacia de la Médica. "Dicen que te dieron ventiplús y la receta dice otra cosa, piden que no lo uses y lo vayas a cambiar". El hombre le arrancó el teléfono a su mujer. Quería pegarle un par de gritos a la chica de la farmacia pero se encontró con una voz masculina que le pidió disculpas por el error. "Pero mi amigo, es la segunda vez en 48 horas, me quieren matar...". El encargado de la farmacia pidió que le diera unos minutos para fijarse en la computadora y enseguida volvió al teléfono con una respuesta alentadora para él. "Tiene razón, señor, pero la primera vez fue en la farmacia de 8 de Octubre y yo lo llamo de la farmacia de avenida Italia". El socio se enojó aún más y vociferó, "pero estamos hablando de la misma mutualista, o no?. El encargado asintió con voz firme y le dijo que no usara ese remedio y fuera a cambiarlo, y acotó, pero no se olvide "por avenida Italia".
El número de la cédula del denunciante es 1:183.299.9 y su intención, le dijo a "Causa Abierta", es saber si esto pasa frecuentemente o si por el contrario es un hombre de mala suerte.

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