Seguridad a la francesa: todos los gitanos fuera del país
El presidente Nicolás Sarkozy ordenó el miércoles el desmantelamiento de 300 campamentos ilegales de viajeros itinerantes y gitanos en Francia, como parte de su lucha contra el crimen y la violencia urbana que ha alarmado a los grupos de derechos humanos. Sarkozy además ordenó la expulsión "casi inmediata" de los gitanos provenientes de Bulgaria y Rumania que hubieran cometido algún delito. El líder conservador, que se hizo conocido por sus duros discursos como ministro del Interior del presidente Jacques Chirac, la semana pasada prometió una ofensiva después de un fin de semana de disturbios en dos ciudades, incluyendo un ataque a una estación de policía llevado a cabo por gitanos. En un comunicado divulgado tras una reunión ministerial extraordinaria para discutir el "problema" de los gitanos, la oficina del presidente anunció una nueva legislación para antes de fin de año para que sea más fácil expulsar a grupos como los gitanos por razones de seguridad. Unos 10.000 gitanos fueron expulsados de Francia el año pasado
"Dentro de los próximos tres meses, la mitad de los campamentos ilegales serán desmantelados -campamentos y ocupaciones ilegales- es decir, unos 300", dijo el ministro del Interior Brice Hortefeux después del encuentro. Este mes, los disturbios recordaron a la violencia generalizada que se extendió desde los suburbios de París al resto del país en 2005, desencadenada por la muerte de dos jóvenes inmigrantes que huían de la policía.
En la pequeña localidad de Saint-Aignan, en el centro de Francia, un grupo de cerca de 50 gitanos armados con hachas atacaron una comisaría y propiedad pública, después de que la policía disparara y matara a un joven de 22 años. Sarkozy, prometiendo una "lucha sin cuartel contra la delincuencia", la semana pasada dijo que la violencia en Saint-Aignan "pone de manifiesto los problemas planteados por el comportamiento de ciertos viajeros itinerantes y gitanos".
Los grupos de derechos humanos señalaron que los comentarios de Sarkozy y su decisión de convocar a una reunión ministerial para discutir el tema de los gitanos podrían estigmatizar aún más a un grupo social con tradiciones culturales de larga tradición.
El Gobierno ha dicho que el tema no es una cuestión étnica sino de respeto a las leyes.
El comunicado presidencial describe a los campamentos ilegales como "fuentes de tráfico ilegal, de niveles de vida terribles, de explotación infantil para pedir limosna, de prostitución y delincuencia". La oposición socialista afirma que los brotes de violencia urbana están relacionados con graves problemas sociales y de vivienda en barrios pobres, y quieren que el Gobierno enfrente esas cuestiones en vez de centrarse en medidas de seguridad más estrictas.
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