La Casa Blancia tirita o cuando una web puede desbaratar una guerra
La Casa Blanca advirtió el lunes que unos 91.000 registros militares estadounidenses secretos sobre la guerra en Afganistán, filtrados recientemente a un cibersitio, son ilegales y tienen el potencial de poner bajo riesgo físico a las tropas de Estados Unidos y sus aliados en ese país. Seguir leyendo el arículo
El vocero de la Casa Blanca, Robert Gibbs, dijo que el presidente Barack Obama fue alertado de la filtración la semana pasada, después que funcionarios de su gobierno se reunieron con organizaciones informativas que tuvieron acceso a los documentos.
Los registros, difundidos en el sitio en línea especializado en denunciar documentos secretos WikiLeaks, equivalen a un recuento diario de seis años de la guerra en Afganistán, incluyendo incidentes no reportados de asesinatos de civiles afganos y operaciones encubiertas contra figuras talibanes.
Gran Bretaña y Pakistán se han unido a la Casa Blanca para condenar la difusión de los documentos secretos hasta ahora. El gobierno de Afganistán dijo el lunes que está sorprendido por la filtración informativa, pero insistió en que la mayoría de los datos no son nuevos.
Horas antes, en Londres, el fundador de Wikileaks, Julian Assange, dijo que tiene miles de archivos más de Afganistán que puede difundir por internet.
Assange dijo que la filtración ha sido como abrir los archivos de la antigua policía secreta de Alemania Oriental, la Stasi, y que los documentos militares recién descubiertos parecen contener evidencia de crímenes de guerra, pero que "le corresponde a un tribunal decidir al final si algo realmente es un delito. Dicho lo cual ... sí parece haber evidencia de crímenes de guerra".
Dijo que lo que se ha reportado hasta ahora sólo ha "pelado la superficie".
La filtración fue colocada por WikiLeaks el domingo en su sitio de la red mundial. Los diarios The New York Times, el Guardian de Londres y el semanario alemán Der Spiegel tuvieron pronto acceso a los documentos.
Los registros filtrados incluyen descripciones detalladas de operativos efectuados por una unidad secreta estadounidense de operaciones especiales, llamada Task Force 373, contra lo que autoridades de Estados Unidos consideraban blancos insurgentes y terroristas de alto valor.
Algunos de los operativos provocaron la muerte de civiles afganos, algo que no se deseaba, de acuerdo con los documentos.
Entre los que aparecen como muertos a manos de la unidad secreta está Shah Agha, descrito por el Guardian como un agente de inteligencia de una célula de dispositivos explosivos improvisados, el cual murió junto con otros cuatro hombres en junio de 2009. Otro era un combatiente libio, Abu Laith al-Libi, descrito en los textos como un alto comandante militar de al-Qaida.
Se decía que Al-Libi estaba al otro lado de la frontera en Mir Alí, Pakistán y operaba campamentos de entrenamiento de al-Qaida en Waziristán del Norte, una región a lo largo de la frontera afgana donde las autoridades estadounidenses han dicho que se ocultaban numerosos líderes de al-Qaida.
El operativo contra al-Libi, efectuado en junio de 2007, dio como resultado varias muertes, que un documento militar estadounidense dice incluyeron a seis combatientes enemigos y siete que no lo eran... todos niños.
El diario Guardian reportó que más de 2.000 altos personajes del Talibán y al-Qaida se encuentran en una lista de "matar o capturar", conocida como Lista de Efectos Priorizados Conjuntos (JPEL, por sus siglas en inglés). La Task Force 373 eligió sus blancos a partir de esta lista.
The New York Times dijo que los documentos _los cuales incluyen comunicaciones secretas y evaluaciones entre funcionarios militares y diplomáticos_ también describen los temores estadounidenses de que el servicio de inteligencia de Pakistán, país aliado de Estados Unidos, en realidad estaba apoyando a la insurgencia afgana.
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