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CAUSA ABIERTA

Contaminación a escala: Al Golfo de México se le agrega el Mar Amarillo

Contaminación a escala: Al Golfo de México se le agrega el Mar Amarillo

Mientras sigue sin control el desastre ecológico del Golfo de México, un nuevo vertido de petróleo en la otra punta del mundo amenaza las costas de China. Tres días después de que varias explosiones provocaran un gran incendio en los oleoductos del puerto de Dalian, al noreste del país en la provincia de Liaoning, el siempre hermético régimen de Pekín anunció ayer por fin de la magnitud del accidente.
Según informó la agencia estatal de noticias Xinhua, durante el fin de semana se han vertido al mar 1.500 toneladas de crudo. La marea negra ya ocupa una mancha de 183 kilómetros cuadrados, de los cuales 50 están «seriamente contaminados» y 20 habían sido limpiados ayer por la tarde, cuando se habían recogido 460 toneladas de petróleo.
Para controlar el derrame, uno de los mayores de China pero no tan grave como el de BP en el Golfo de México, el Gobierno ha movilizado más de un millar de barcos, entre los que destacan 24 naves equipadas para recoger el petróleo y 800 buques pesqueros dotados con productos químicos para disolver el crudo. La mancha puede verse a unos diez kilómetros de la bahía de Dayao y se vuelve muy espesa a sólo siete kilómetros de las playas, desde donde se puede oler un fuerte hedor a gasolina.
El mal tiempo no ayuda
Seis de los grandes navíos especializados en estas tareas de limpieza tienen capacidad para succionar 100 toneladas de agua contaminada por hora, pero los trabajos se han visto retrasados por los fuertes vientos y las altas olas que azotan esta franja del litoral en el Mar Amarillo. Además, las autoridades chinas, que indicaron que no había residentes en tres kilómetros a la redonda del lugar afectado, han desplegado 7.000 metros de barreras flotantes para contener el vertido e impedir que llegue a las playas de Dalian, una de las ciudades turísticas más famosas del país.
«La operación de limpieza durará al menos cuatro o cinco días», calculó el subdirector de
la Administración Marítima de Dalian, Luan Yuxuan, aunque otras fuentes del sector estiman que costará entre una semana y diez días acabar con la marea negra.
Mientras tanto, el puerto de Xingang, en Dalian, se ha visto obligado a reducir drásticamente su actividad para desesperación del voraz consumo chino. Segunda puerta de entrada del petróleo que importa este país, sus instalaciones albergan una de las cuatro mayores reservas estratégicas de hidrocarburos de China, con capacidad para almacenar 19 millones de barriles.
Además, la compañía estatal Petrochina explota dos refinerías, Dalian Petrochemical Corp. y West Pacific Petrochemical Corp. (WEPEC), que procesan cada día 600.000 barriles. De ellos, 200.000 toneladas son exportadas cada mes a otros países. Pero, debido al vertido y al desvío de al menos seis petroleros que transportaban 12 millones de barriles de crudo, la empresa ha tenido que reducir su actividad hasta un 20 por ciento y ha suspendido sus exportaciones.
El vertido comenzó el pasado viernes por la tarde. Después de un barco descargara petróleo en el puerto, se registró una explosión en una tubería que luego se propagó a otras partes de oleoducto. Rápidamente, el fuego se extendió por el muelle y las llamas estuvieron ardiendo durante 15 horas hasta que cientos de bomberos consiguieron por fin sofocarlo el sábado por la mañana.
A pesar de la espectacularidad del incendio, las autoridades portuarias aseguran que el fuego no ha causado grandes daños a las principales instalaciones de la terminal petrolera, ya que el impacto se ha limitado a zonas secundarias y a los sistemas de control. Uno de los ingenieros de la petrolera china, Ding Shaoheng, manifestó a Xinhua que todavía era pronto para calcular los daños materiales, pero las acciones del puerto ya han caído un cinco por ciento tras el derrame. Por su parte, el director general de la empresa, Jiang Jiemin, insistió en que se habían «fortalecido las medidas de seguridad
en todas las instalaciones» y prometió que «se completará la limpieza del vertido lo antes posible».
Para esclarecer las causas del siniestro, el régimen chino ha formado una investigación de alto nivel. Al más puro estilo de la propaganda comunista, el presidente Hu Jintao, el primer ministro Wen Jiabao y el jefe de Seguridad, Zhou Yongkang, han dado instrucciones para conseguir una «decisiva victoria» sobre el vertido. El accidente amenaza con colapsar uno de los principales puertos de China tras Hong Kong, Shanghái, Tianjin y Shenzhen. Además de petróleo, por las instalaciones de Dalian ha pasado el 10 por ciento de soja que ha importado este país en lo que va de año. Ahora, todo este tráfico de mercancías puede verse seriamente dañado porque en los muelles se han parado las grúas de carga hasta para los barcos que transportan grano o hierro.
Para alimentar su extraordinario crecimiento económico, China tiene un pantagruélico apetito de materias primas, como crudo, gas y minerales, que importa a través de sus puertos. Además, la «fábrica global» exporta por mar buena parte de la producción surgida en las cadenas de montaje que se concentran en Zhejiang, Jiangsu y Guangdong.

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