Grecia vende sus islas
Grecia podría estar tomando muy en serio lo que publica la prensa internacional. Hace unos meses, el diario sensacionalista alemán Bild sugería en su portada: "¡Vendan sus islas, griegos quebrados! ¡Y la Acrópolis también!". Pero las insólitas frases, dicha por dos diputados alemanes, han comenzado a hacerse realidad. Grecia se prepara para vender u ofrecer en usufructo algunas de sus más de 6.000 pequeñas islas que pueblan las azules aguas del mar Egeo, de las cuales sólo 227 están habitadas y que son consideradas como uno de los activos más valiosos del endeudado país.
La noticia es vista por analistas como un intento desesperado por recaudar fondos luego de que el el gobierno griego anunciara un paquete de medidas de austeridad que implican el ahorro de unos US$37.000 millones en tres años.
Según una información dada a conocer por el diario británico The Guardian, un área de la isla Mikonos, uno de los principales destinos turísticos en el Mediterráneo, es uno de los sitios en venta.
Un tercio de la zona es propiedad del gobierno griego y se busca un comprador que esté dispuesto a inyectar capital e invertir en instalaciones hoteleras para el turismo de lujo.
Según el diario, que cita fuentes cercanas a la negociación, potenciales inversores, la mayoría rusos y chinos, también están mirando propiedades en Rodas.
Sin embargo, The Guardian luego aclaró que no existe confirmación de que se trate de una venta de territorio estatal y que, por ejemplo, Nafsika es un isla privada que sí se ha ofrecido al mercado.
La venta de una isla o su arrendamiento por tiempo indefinido ayudaría a Grecia a llenar sus arcas.
Según Private Islands, una página web que se dedica a la comercialización de islas privadas, un terreno de 500 hectáreas en Nafsika, en el mar Jónico, podría costar unos 15 millones de euros (US$18 millones).
Otras rondan los dos millones de euros, ya que algunas islas son tan pequeñas que apenas podría caber una silla de playa.
Según los analistas, la decisión de comenzar la venta potencial de esta parte del territorio helénico ha estado también motivada por la incapacidad del gobierno de crear la infraestructura hotelera capaz de desarrollar el turismo en la región.
La esperanza es que mediante su arrendamiento se atraigan inversiones que generen empleos y capital.
Pero la mera posibilidad de que el gobierno comience a vender parte del territorio nacional preocupa a Makis Perdikaris, director de una agencia de propiedades en las islas de Grecia.
"Me entristecería mucho vender un territorio que pertenece al pueblo griego. Debería ser el último recurso para salir de la crisis", dijo Perdikaris.
Pero no opinó lo mismo de los arrendamientos de larga duración: "Lo importante es recaudar dinero, desarrollar la economía y atraer a inversores extranjeros para que desarrollen la infraestructura".
Grecia en venta
Sin embargo, tras el polémico anuncio del diario alemán, en el que Josef Schlarmann -un dirigente del mismo partido demócrata cristiano de Angela Merkel- y Frank Schäffler -un especialista en políticas financieras de los Liberales Demócratas, su socio de coalición- dijeron que la venta de islas, monumentos y otros activos podría ayudar a Grecia a salir de la crisis, varios analistas dijeron a BBC Mundo que esto era imposible.
Ansgar Belke, jefe de investigaciones del Instituto Alemán de Investigación Económica y observador del Banco Central Europeo, explicó que la idea de los diputados alemanes era inviable.
"Medidas de este tipo no resuelven nada. No solucionan los problemas de fondo, no sirven", dijo Belke a BBC Mundo.
Sin embargo, el gobierno griego también planea vender sus compañías ferroviarias y de aguas.
Grecia enfrenta en la actualidad una profunda crisis económica, pero el mes pasado tuvo un alivio al conseguir US$147.600 millones de un paquete de rescate otorgado por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional.
Los anuncios de recortes presupuestarios ocasionaron varias huelgas generales y violentas manifestaciones que dejaron tres muertos en mayo.
Por eso, para muchos las medidas radicales se imponen. "La temporada turística ha sido muy baja y los precios de las propiedades han caído en un 20% después de las protestas", agregó Makis Perdikaris.
A Grecia le falta recorrer un largo camino para salir de la crisis, pero la posible noticia de la venta de sus islas ya causa inquietud.
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