Agentina sacudida por oleada de suicidios de adolescentes

Otro suicidio sacude a la provincia de Salta. Se trata de un menor de 13 años, que se ahorcó atando una soga a un árbol. Lo encontró ayer su padre cerca de las 15.10, en la finca “Pozo Verde”, ubicada a 4 kilómetros de El Naranjo, un pueblito que está a 18 kilómetros al noroeste de Rosario de la Frontera. La ciudad sigue conmocionada: con éste, ya son ocho los chicos que decidieron ahorcarse para quitarse la vida. El padre de la víctima –trascendió que su nombre es Gonzalo Godoy–, peón rural en la finca, llegó a su casa y le encargó al chico que fuese a buscar el caballo. “Pasó el tiempo, y al ver que mi hijo no volvía, opté por ir a buscarlo. Cuando llegué al lugar donde solíamos dejar pastando al animal, vi a mi hijo colgado de un árbol, con el mismo tiento que yo le había dado para que trajera a la casa el caballo”, le dijo el hombre, entre llantos, a la policía de Rosario de la Frontera cuando llegó al lugar. Fuentes del caso, informaron a Clarín que a un costado del árbol donde se ahorcó el chico, encontraron su celular. “Entre los mensajes, había varios que nos llamaron la atención. Al parecer estaban dirigidos a una mujer mayor que él”, explicaron. Y agregaron que “esta persona le pedía que la dejara de molestar, que ella ya no quería saber nada”. La Policía señaló que, en principio, este caso no guardaría relación con los suicidios que se registraron en Rosario de la Frontera. “No encontramos vinculación con los otros hechos. Este chico estudiaba en la escuela de El Naranjo y no tenía relación con chicos de Rosario”, explicó la fuente consultada. Hoy, el juez de Instrucción Formal de Metán, Mario Dilascio, le tomará declaración testimonial a los familiares y amigos de los jóvenes que se suicidaron entre el 7 de abril y el 10 de junio. Tres de las víctimas iban a la misma escuela, la Comercial 5009, y tenían 14 años. Godoy, el adolescente que se suicidó ayer, pasó en familia el Día del Padre, junto a sus hermanos y sus padres. Gloria Abán, directora del hospital Melchora de Cornejo, informó: “Por lo pronto, el chico no tenía problemas familiares”. Anoche le realizaban la autopsia al menor, en la morgue que está al lado de ese establecimiento sanitario. El Naranjo es un caserío de unos 250 habitantes, tiene una escuela rural, y una cabina telefónica ubicada frente a la plaza del pueblo. La gente del sur provincial está sensibilizada por el brote de suicidios entre adolescentes. Para la Policía la situación se tornó inmanejable y admiten que no le encuentran solución. Sin embargo, el secretario de Seguridad de la provincia, Aldo Rogelio Saravia, se mostró esperanzado: “Vamos a detener esta ola de locura que golpea a los salteños”, aseguró. El último hecho sucedió después de que el gobernador de la provincia, Juan Manuel Urtubey, se acercara a Rosario de la Frontera para reunirse con el comité de crisis. El sábado admitió que no hay suficientes psicólogos para afrontar la situación, pero que aunarían criterios entre todos los sectores para terminar con esta ola de suicidios. Por lo pronto, la titular del comité, Claudia Román Ru, aseguró que “la familia del joven ya está recibiendo asistencia de profesionales y agentes sanitarios”. La gente de Rosario de la Frontera no puede salir de la conmoción. Y el límite entre el ocultismo y las razones de naturaleza psicológica vuelve a desparramarse. “En este pueblo están pasando cosas raras”, apunta José Alvarez, jefe del Cuartel de Bomberos Voluntarios de Rosario de la Frontera. Desde que comenzaron los suicidios de los jóvenes, la gente hizo correr todo tipo de especulaciones, y de versiones. Desde un juego macabro que desde la Web insta a los menores a quitarse la vida, hasta una supuesta secta diabólica capaz de dominar la voluntad de los chicos, hasta el punto de empujarlos al suicidio. Y hay testimonios, como el del bombero José Alvarez, que rayan lo irracional: “El cuartel está embrujado. Desde hace cuatro días los fantasmas no nos dejan dormir. Vamos a tener que pedirle a la Iglesia que nos ayude”.