El Jefe de la petrolera inglesa se fue a una regata de lujo y la Casa Blanca quedó envenenada
El máximo directivo de British Petroleum (BP), Tony Hayward, fue rezongado el domingo por la Casa Blanca por haberse ido a una regata de lujo en Gran Bretaña mientras prosigue la batalla contra la marea negra en el Golfo de México causada por la petrolera. Las imágenes de los veleros navegando frente a la costa meridional británica en ocasión de la carrera "JP Morgan Asset Management Round The Island" se podían ver el domingo en los televisores estadounidenses. El director general del gigante petrolero británico estaba presente el sábado, con su familia, para apoyar al yate "Bob", de un valor de 360.000 dólares, y cuya propiedad comparte con otras dos personas. El barco terminó en cuarta posición.
Pero la escapada del directivo de BP cayó muy mal del otro lado del Atlántico, dos meses después del inicio de la marea negra, cuando cada día aparecen nuevas imágenes de aves empetroladas o playas contaminadas por los millones de litros de crudo que fluyen al Golfo de México.
"Esto forma parte de una larga serie de errores de comunicación", señaló Rahm Emmanuel, secretario general de la Casa Blanca, en una entrevista con la cadena ABC difundida el domingo.
"Creo que todos podemos concluir que Tony Hayward no comenzará una segunda carrera en el consejo de relaciones públicas", ironizó el alto funcionario estadounidense.
"Es un grave error", insistió, lanzando una indirecta al director general del grupo: "Por citar a Tony Hayward, recuperó su vida anterior.
Autor de varias metidas de pata a propósito de la catástrofe, Hayward había declarado entre otras cosas que "no hay nadie que esté más preocupado que yo en que todo esto termine; quiero recuperar mi vida".
Un portavoz de BP se anticipó a defender el viaje de su jefe con su hijo a Gran Bretaña. "No importa dónde esté, él siempre está en conocimiento de lo que sucede en BP" y con la marea negra, dijo John Curry.
Otro vocero señaló que era el "primer día libre (de Hayward) desde que se inició" el derrame, tras la explosión el 20 de abril de la plataforma petrolera Deepwater Horizon y su posterior hundimiento frente a las costas de Luisiana, en el sur de Estados Unidos.
Todo en vano. Más allá de la Casa Blanca, las críticas vinieron de todos lados. Según Greenpeace, la actitud de Hayward "pone sal en las heridas" de las víctimas de la marea negra, mientras que el New York Times destacó el domingo que Hayward había "desencadenado una nueva controversia".
Es "el punto culminante de la arrogancia", dijo por su parte el legislador republicano Richard Shelby, senador por Alabama, uno de los estados afectados por la marea negra. "El yate debería estar más bien allí para limpiar el petróleo", dijo en la cadena Fox News.
Estas reprimendas concluyen una semana difícil para el controvertido patrón de BP, quien se retirará pronto de la gestión diaria de la crisis.
El grupo petrolero podría elevar de 20.000 millones a 50.000 millones de dólares el fondo destinado a financiar el costo de la marea negra, según la prensa británica. Se trata asimismo de dar garantías a los mercados, tras la caída vertiginosa del valor de las acciones de BP.
La compañía petrolera aseguró que ya había pagado 104 millones de dólares por demandas de los habitantes de la región del Golfo de México afectados por la marea negra, y precisó que había recibido 64.000 demandas.
El grupo recupera un promedio de 25.000 barriles de crudo por día, según los guardacostas estadounidenses, cuando del pozo situado a 1.500 m de profundidad se fugan entre 35.000 y 60.000 barriles diarios.
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