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CAUSA ABIERTA

Fiesta nunca antes vista en Argentina para su Bicentenario

Fiesta nunca antes vista en Argentina para su Bicentenario

Con multitudes como pocas veces se recuerda. Con familias espontáneamente salidas a la calle a vivir un momento que sabían histórico. Con una oportunidad única para revivir el pasado y soñar un futuro mejor. Con un consistente llamado a la unidad de parte de los referentes morales. Con alegría. Con esperanza. No caben las palabras para expresar la sensación vivida estos días en Buenos Aires, totalmente tomada por los festejos por el Bicentenario del primer gobierno patrio en Argentina. La política se predisponía para los festejos con un clima crispado. Confrontaciones partidarias e ideológicas, acusaciones e insultos mutuos, utilización de la fe para tomar posturas... Que el oficialismo va a tal acto, que la oposición al otro... Pero los argentinos pudieron más. Y sin importar la bandera ideológica, con un rotundo rechazo popular cada vez que marchas partidarias asomaron con ahogar las canciones patrias, Argentina cerró las celebraciones por su 200 cumpleaños con una sonrisa inolvidable. La víspera del 25 había sido preparada por un festival de música folclórica que confirmó tanto la popularidad del género como su renovación generacional. Desde la exuberante sonrisa de Jaime Torres al tocar el charango como sólo él puede hacer, hasta la vibrante juventud de Soledad, la música popular argentina, la que surge espontáneamente en cualquier “asado” en el interior interior, tomó la ciudad.
Los asistentes al Paseo del Bicentenario, estimaban los medios de comunicación, superaban el millón. La cuestionable selección de contenidos, con algunas acusaciones contra la Iglesia que hasta vinculaban a obispos argentinos con Hitler, poco parecía importar. Lo que realmente motivaba la presencia en la avenida 9 de Julio era la posibilidad de que la ciudadanía, la familia, tome la calle. El lunes fue prácticamente imposible visitar las exposiciones de las provincias por la cantidad de gente que había. Y los argentinos simplemente caminaban. Disfrutaban.
Y llegó las 00.00. Llegó el 25 de mayo. Y con la entonación del himno en varias ciudades del país, la tierra de San Martín, Borges, Maradona y tantos otros, vibró. “Coronados de gloria vivamos, o juremos con Gloria a morir” del final del himno pudo sentirse a unísono con más potencia que los altavoces de un concierto. Luego, el feliz cumpleaños. Ni el canto de la marcha peronista de un grupo de militantes enturbió los festejos frente al Cabildo, lugar donde se gestó la conformación del primer gobierno patrio. Los partidistas fueron expulsados por gran parte de quienes poblaban la Plaza de Mayo. Los silbidos fueron más fuertes que el “Perón, Perón”. La Argentina que los argentinos quieren para el Bicentenario es más fuerte que el partidismo. Quedó a la muestra que los argentinos quieren una patria unida.
Ese anhelo quedó confirmado con la contundencia de la Iglesia en los Tedéums organizados para la ocasión. Mucho se había estipulado con la presencia del oficialismo a la celebración en Luján, casa de la patrona de Argentina. También con la concurrencia de los opositores al acto que se celebraría en la catedral de Buenos Aires, con el primado Cardenal Jorge Mario Bergoglio. Se esperaba con ansiedad las palabras del Arzobispo de Buenos Aires, quien no ha ahorrado en críticas a la dirigencia cada vez que, a su entender, su accionar perjudicó la dignidad de los argentinos.  Pero en seguida, el cardenal Bergoglio puso paños fríos. La decisión de la Presidencia de la Nación de concurrir al Tedéum en Luján “es un acto hermoso”, dijo. Y en el momento de su mensaje, eligió leer un comunicado de los Obispos para el Bicentenario emitido en marzo, en el que hablan de la Patria como un don, y la Nación como una tarea.
En Luján, el Arzobispo de esa arquidiócesis, monseñor Agustín Radrizzani, ante la presencia de la Presidenta Cristina Krichner y todo su habitual cortejo, fue el encargado de dirigir un mensaje a la cúpula política. El Arzobispo pidió aprender “de nuestras crisis”. “Hagamos de nuestros desencuentros una oportunidad de crecimiento. De nada sirve llorar sobre las cenizas. Nunca ha ayudado la falta de esperanza. Solo se puede crecer en la comunión y el amor recíproco”, clamó el Arzobispo, quien al iniciar sus palabras realizó una breve referencia una posible legislación que se debate en el Senado argentino, que pone en riesgo la institución matrimonial. Además, hubo Tedéums en todas las diócesis del país.
Por la tarde, la Jefa de Estado recibió a los líderes políticos regionales que se unieron a los festejos. Asistieron José “Pepe” Mujica, de Uruguay; Sebastián Piñera, de Chile; Hugo Chávez, de Venezuela; Evo Morales, de Bolivia; Fernando Lugo, de Paraguay; Luiz Inacio “Lula” Da Silva, de Brasil; Fernando Correa, de Ecuador. También asistió Manuel Zelaya, ex presidente de Honduras, depuesto el año pasado.  Junto con éstos, la Mandataria inauguró en la Casa Rosada un salón especial para figuras latinoamericanas. Están, entre otros, José de San Martin, monseñor Luis Arnulfo Romero, y el “Ché” Guevara.
Posteriormente, Kirchner cruzó caminando con sus pares para ver en el Cabildo un recorrido por la historia argentina proyectado en el lugar donde se gestaron los hechos recorados. La tecnología utilizada fue similar a la usada el día anterior durante la reinauguración del Teatro Colón, de también masiva concurrencia.
Tras la breve pero impactante proyección, se inició el gran plato fuerte de los festejos. El desfile del Bicentenario. A cargo de la compañía Fuerza Bruta, 19 escenarios pasearon por más de tres horas ante más de un millón y medio de personas representando hitos, momentos y situaciones cotidianas de la Argentina. La llegada de los inmigrantes, el cruce de los Andes, la guerra de Malvinas, la crisis económica de 2001, los pueblos aborígenes, los asados, el tango... Incluso los temas más delicados como la desaparición de personas por las que reclaman Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, fueron representados con ilustre respeto.
Desde el viernes distintos desfiles y conciertos, de los que ya ha dado cuenta COPE.ES, convocaron a multitudes en Buenos Aires. También hubo tiempo para el fútbol, ya que en el marco de los festejos, la selección nacional dirigida por Diego Armando Maradona se despidió de su público antes del Mundial con una victoria por 5 a 0 ante Canadá. También para la Cultura, porque como ya se mencionó, se reinauguró el Teatro Colón, magna casa de ópera.
Todo fue alegría en este Bicentenario para Argentina. Los argentinos lograron que las peleas políticas pasen a un segundo plano y que lo más importante para todos, al menos por cinco días, haya sido la unidad albiceleste. Feliz cumpleaños Argentina.

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