Blogia
CAUSA ABIERTA

China se psicoanaliza ante la aterradora ola de ataques a niños en escuelas

China se psicoanaliza ante la aterradora ola de ataques a niños en escuelas

La ola de ataques a escuelas y guarderías de China, con 19 muertos y 70 heridos -la mayoría niños- en dos meses, tiene desconcertado al país asiático, que ha empezado a buscar las razones psicológicas y sociales de este fenómeno y se pregunta si debe hacer algo más que aumentar la seguridad. Hasta ahora, la forma de hacer frente a la sucesión de ataques había sido el envío de policías y guardias a escuelas y guarderías, pero tras el último ataque, ocurrido ayer en Shaanxi (norte) y en el que murieron 10 personas -incluido el agresor- hasta el Gobierno comienza a plantearse medidas más profundas.
Muestra de ello son las declaraciones del ministro de Seguridad Pública, Meng Jianzhu, quien ayer pidió atención psicológica a "individuos antisociales y paranoicos" como los seis que han cometido las agresiones, todos de entre 30 y 50 años y con conflictos laborales, económicos o sentimentales con su entorno.
En el último ataque, por ejemplo, el agresor mantenía un conflicto con la propietaria de la guardería (una de las víctimas mortales), a la que había alquilado el local, pero el contrato había terminado el mes pasado y ella quería seguir en la casa donde montó la guardería.
El ministro también pidió a la Policía que "hable más con la gente, para resolver disputas con el fin de reducir conflictos sociales".
Expertos chinos han empezado a reflexionar sobre la cadena de ataques, y se preguntan si éstos tienen su origen en los problemas sociales que el rápido crecimiento económico del país ha producido en 30 años, tales como la creciente diferencia entre ricos y pobres o la falta de atención psicológica a quienes la necesitan.
"Los atacantes no ven oportunidades en una sociedad polarizada, es un problema muy grave", destacó, en el diario "South China Morning Post", Yu Jianrong, de la Academia China de Ciencias Sociales.
Según Yu, estos ataques de gente que después se quita la vida o no ofrece resistencia al ser detenida -caso del primer incidente, en marzo, cuyo agresor fue ejecutado en abril- muestran que en la sociedad china comienza a haber muchos individuos no ya con descontento social, como antes, "sino con desesperanza".
Xu Youyu, otro experto de la misma academia, también alertó sobre el derrumbe de valores que muestran estos ataques en una civilización, la china, donde los niños han sido siempre señal de máxima felicidad en el seno familiar y más en la actual China de la política del "hijo único".
"Estos asesinatos muestran que el valor de la vida humana no es respetado", subrayó.
El profesor pequinés Hu Xingdou, otro experto citado por el diario, señaló por su parte que conceptos básicos de la sociedad comunista tales como la "lucha de clases" han podido servir de oscuros justificantes para la violencia contra niños inocentes.
Con todo, China es considerada todavía, como otros países de Asia Oriental, una nación con menores índices de delincuencia que Occidente, y aún hay quienes siguen manteniendo que el aumento de la seguridad es el enfoque correcto para enfrentar esta crisis.
Así, el portavoz de turno del Ministerio de Asuntos Exteriores, Ma Zhaoxu, destacó hoy que "las autoridades pertinentes están tomando las medidas adecuadas".
Los sucesos también podrían abrir la puerta a un nuevo debate en torno al sistema sanitario chino, que pasó a ser de pago en los años ochenta y actualmente impide que muchas personas de clase baja puedan pagarse un psicólogo.
Varios de los agresores de los últimos dos meses habían dejado sus trabajos o sus parejas por depresión, aunque ésta nunca les fue diagnosticada ya que no pudieron acudir a especialistas.
Los diarios chinos han mostrado en muchas ocasiones, por ejemplo, casos de personas con problemas mentales encerradas en viviendas, establos o jaulas porque sus familiares, ante la falta de medios, no han visto otra manera mejor de controlarlos.
La cadena de agresiones comenzó el 23 de marzo, cuando un cirujano que había perdido su trabajo y su novia, Zheng Minsheng, mató a puñaladas a ocho niños e hirió a otros cinco en la puerta de un colegio en Fujian (sureste).
El mismo día en que Zheng fue ejecutado (28 de abril) otro hombre hirió con un cuchillo a 16 niños y un maestro en Cantón (sur).
Un día después, otro hombre hirió con arma blanca a 29 niños y tres adultos en un parvulario de la provincia oriental de Jiangsu.
Y dos días después, el 30 de abril, cinco niños y un profesor resultaron heridos cuando un hombre les atacó con un martillo de hierro, para después suicidarse, en un jardín de infancia situado en Shandong (este).
Antes, el 13 de abril, otro asaltante atacó a niños y adultos en una escuela de Sichuan (suroeste), causando la muerte de un menor de edad y una mujer e hiriendo a tres estudiantes.

0 comentarios