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CAUSA ABIERTA

Empresario mexicano dice: vine a Argentina a probar mi inocencia, no soy hombre de armas y no maté al neurocirujano

Empresario mexicano dice: vine a Argentina a probar mi inocencia, no soy hombre de armas y no maté al neurocirujano

Tras las acusaciones que lo mantienen como el principal sospechoso del crimen por encargo del neurocirujano Claudio Urbina, el empresario mexicano David Galicia Caracas (44) se presentó hoy en la embajada mexicana en Argentina y se puso a disposición de la Justicia para "defender su inocencia en el caso", informó su abogado Miguel Ángel Pierri. Es que el ingeniero está siendo vinculado con el asesinato del médico Urbina, de 39 años, quien fue asesinado este miércoles de un disparo de un fusil FAL cuando llegaba a su casa de la localidad de Boulogne, en las afueras de Buenos Aires. El crimen quedó registrado por una cámara de seguridad que muestra cómo el médico fue acribillado desde un auto, en el que presuntamente iban tres hombres.
En declaraciones televisivas, el mexicano se mostró calmo ante la avalancha de preguntas de los periodistas y resaltó: "Hace tres semanas el Dr. Claudio Urbina me llamó a México. Fue una charla cordial en la que no hubo ni insultos ni amenazas. El me expresó que Gladys le había hablado bien de mí por lo que me sorprende aún más todo lo que pasó. Yo no lo conocí personalmente. Soy una persona pacífica y no estoy relacionada con armas".
No obstante, las sospechas hacia Galicia Caracas se acrecentaron a raíz de la denuncia de amenazas radicada en las últimas horas ante la policía de Corrientes por la ex mujer de ambos, la médica Gladys Polich, quien por temor tiene custodia domiciliaria, según afirmó el ministro de Gobierno y Justicia de esa provincia, Gustavo Valdés. De acuerdo a las declaraciones del abogado de la mujer, Rubén Leiva, "tras la muerte del médico, Gladys recibió llamadas y mensajes de su ex pareja, con quien tiene una hija de 3 años" y de quien se habría separado hace unos meses.
"Ella dejó al mexicano y se radicó en Corrientes. El hombre no toleró que la abandonara y culpó de eso al neurocirujano, a quien acusaba de ser el amante", señaló el abogado, quien agregó que "los mensajes y llamados eran insistentes y que no provenían de Argentina".
No obstante, aunque las versiones del mexicano Galicia Caracas niegan dichas intimidaciones, ratifican la compra de pasajes del neurocirujano para que Gladys regresara a la Argentina: "A ningún esposo le gustaría saber que otro hombre (en alusión a la víctima) le paga boletos a su mujer para separar a su familia y menos cuando uno tiene una hija de tres años y medio. Recibí mensajes que indicaban que mi mujer me era infiel con él, pero debe ser gente que no tiene escrúpulos, ni educación o respeto por la vida de los demás. Soy un hombre pacífico y trabajador. No tengo ninguna relación con las armas. Vine a Argentina a probar mi inocencia. Pueden decir muchas cosas, pero soy inocente. Mi mujer regresó de México hace seis semanas porque extrañaba a su familia", afirmó en diálogo con TN.
Respecto a su comunicación telefónica con la víctima, el mexicano explicó: "Urbina me contó algunas cosas relacionadas a temas de su familia. Estaba preocupado por su actual pareja (la abogada Marcela Agustini) y el hijo que tiene con mi esposa (Gladys). El decía que recibía amenazas, pero más que nada decía que le preocupaba que su esposa se enterara de ciertas cosas. El pensaba que era yo quien lo amenazaba. Estoy conmocionado con lo que pasó porque no tengo ninguna razón para hacer algo así", enfatizó.
Sin embargo, el abogado de Polich afirmó que su cliente "está destruida, desolada y perdida" por el asesinato de su ex marido Urbina, con quien tuvo un hijo que ahora tiene 19 años, y aseveró que a la mujer "no le cabe ninguna duda que Galicia Caracas está vinculado al hecho".
Mientras tanto, el fiscal de Boulogne, Sergio Szyldergemejm, aguarda los resultados de los teléfonos investigados en la causa y otros elementos que estudian agentes de la Delegación Departamental de Investigaciones de San Isidro.
Los restos de Urbina fueron trasladados a Corrientes por pedido expreso de sus familiares -entre ellos su padre y su primer hijo, el que tuvo con Polich-, e inhumados en el cementerio San Juan Bautista.

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