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CAUSA ABIERTA

Encendido debate en parlamento uruguayo por creación de banco de huellas genéticas de abusadores sexuales

Encendido debate en parlamento uruguayo por creación de banco de huellas genéticas de abusadores sexuales

Con el objetivo primordial de investigar los delitos sexuales, el Parlamento discute un proyecto de ley reclamado por la Policía Técnica, que crea un registro nacional de huellas genéticas. Hay un debate ético por la confidencialidad de esos datos. No es un invento digno de Hollywood: hay experiencias similares en Inglaterra, Alemania, Holanda, Austria y Estados Unidos, entre otros país. Y en Buenos Aires la Suprema Corte reglamentó en enero pasado un banco de datos genético, que incluye un registro de condenados por delitos de carácter sexual. "Suena a Hollywood pensar que con esta ley solucionaremos todo. Pero, en realidad, el banco de datos formará parte de las pruebas que se pueden reunir", dijo a El País el presidente de la comisión de Constitución de la Cámara de Diputados, Jorge Orrico. El banco de ADN es útil para delitos con alta tasa de reincidencia, como los sexuales.
¿Cómo funcionará? La Policía irá tomando huellas genéticas de los delincuentes procesados y muestras en escenas del crimen para identificar en el futuro a autores de delitos.
Las muestras de ADN se pueden extraer de la sangre, piel, cabellos, fluidos o semen. La técnica fue inventada en 1984 por el doctor Alec Jeffreys.
Los perfiles genéticos de los procesados se registrarán en forma anónima. Cuando se investigue un caso y se encuentren coincidencia de huellas genéticas, el juez "permitirá la identificación de la huella, un dato probatorio muy certero", explicó a los miembros de la comisión la diputada y ex ministra del Interior Daisy Tourné, impulsora de la iniciativa.
"Se aporta como prueba, pero es el juez quien determina, ya que la conformación del banco es una materia muy delicada", explicó Tourné.
El ministro Eduardo Bonomi irá a la comisión a inicios de mayo y pedirá a los legisladores que aprueben el marco legal, según adelantó a El País. "Esto lo pide la Policía Técnica. Es una técnica mucho más clara que la huella digital", indicó. El proyecto fue enviado al Parlamento en diciembre durante la gestión de Jorge Bruni, aunque la iniciativa se elaboró durante el período de Tourné.
Uno de los objetivos principales es la investigación de casos de abuso sexual. La exposición de motivos del proyecto resalta que en los últimos cinco años se ha registrado un "incremento sostenido de delitos sexuales", sin contar los casos no denunciados. Tourné explicó que esos delitos son de "difícil comprobación" y a la víctima muchas veces le cuesta identificar al agresor.
Orrico es más cauteloso que Tourné e indicó que, si bien es "una prueba que pertenece a la modernidad", no se puede "legislar al grito de la tribuna".
Y afirmó: "Guardar las huellas genéticas es complicado por los derechos de las personas: no se puede usar esto para hacer un trasplante", indicó Orrico. Una fuente forense dijo a El País que un banco de datos genéticos "podría utilizarse no sólo con fines identificatorios, sino que contiene toda la información genética del individuo y hay un tema ético vinculado a la confidencialidad de esos datos, que pueden usarse para discriminar a las personas".
El registro se aplicará exclusivamente "a la investigación de delitos y por orden expresa del juez, siendo sus datos de carácter secreto", dice el proyecto de ley. Tourné afirmó que "se cuidarán los extremos de garantía de la identidad". Los técnicos que permitan el acceso a esta base sin autorización o quienes violen la confidencialidad, serán sometidos a la Justicia.

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