Islandia: Cultivando con ceniza volcánica
Por increíble que parezca, la vida diaria de la vasta mayoría de los habitantes de Islandia prácticamente no fue afectada por la erupción volcánica en el glaciar Eyjafjallajökull, que provocó la cancelación de varios vuelos en Europa y dejó varados a miles de pasajeros en todo el mundo. Los vientos del oeste y del norte impulsaron a la enorme columna de cenizas fuera de Islandia, hacia el mar y sobre la Europa continental.
Pero para las alrededor de 700 personas que viven en la zona sur y este del glaciar, la historia fue diferente. Los agricultores fueron los más afectados.
Finnur Tryggvason, de la localidad Raudafell, es uno de ellos. En su granja, unos 15 kilómetros al sur del sitio de la erupción, cría caballos y unas pocas ovejas. "Ha estado negro como la noche aquí todo el día debido a la nube de cenizas", dijo Tryggvason a IPS el sábado. El domingo, la nube estaba más baja, a tres kilómetros de altura, y por tanto casi no pudo disiparse. "También hubo muchos truenos, pero los rayos no podían verse", añadió.
Por ser un país volcánico activo, las erupciones no son algo extraño en Islandia. La última se había producido un poco más al este y había terminado apenas 36 horas antes de la de Eyjafjallajökull. Aquel evento, sin embargo, fue mucho menos dañino, y pasó a ser conocido como la "erupción turística".
Las últimas dos erupciones habían sido precedidas por terremotos. Geólogos siguen de cerca la situación, y el Departamento de Protección Civil está en alerta.
Unas 800 personas fueron despertadas y evacuadas alrededor de las cuatro de la mañana del 14 de este mes antes de la explosión volcánica. Fueron llevadas a un centro de la Cruz Roja que había sido instalado en el pueblo más cercano, ya que el Departamento de Protección Civil preveía un evento de estas características e incluso temía que se produjera una inundación por el derretimiento del glaciar.
A los agricultores se les permitió más tarde atender a sus animales, pero luego debían retornar al centro. La orden de evacuación finalmente fue levantada temprano en la noche para todos excepto para los residentes de 20 granjas, quienes no pudieron regresar a su hogar sino hasta el sábado de noche.
Tryggvason fue uno de los evacuados. "En realidad no había necesidad. Mi granja está muy elevada", sostuvo.
Muchos habían sido también evacuados en la erupción anterior, por temor a inundaciones.
"Ha sido terrible para los residentes. Menos los granjeros, muchos han abandonado sus casas y se han ido a vivir con amigos o familiares", señaló Urdar Gunnarsdottir, del Departamento de Protección Civil.
Los equipos de rescate distribuyeron máscaras contra el polvo y guantes de protección entre los afectados. Muchos sellaron las ventanas y puertas de sus hogares y establos para impedir el ingreso de ceniza. Pero esto no siempre funciona.
"Las cenizas entraron a la casa, y especialmente a los edificios anexos que no fueron sellados tan herméticamente", dijo Tryggvason.
Gudrun Larsen es geóloga del Instituto de Ciencias de la Tierra y ha estado midiendo la capa de ceniza en la zona afectada. "En las tierras bajas, el grosor puede llegar a cinco centímetros, aunque en lugares donde la ceniza se había instalado (antes de ser llevada por el viento) el grosor era aun mayor", dijo a IPS.
¿Cuáles son los efectos a largo plazo? "Es imposible predecir. Depende de cuánto tiempo dure la erupción, cuán fuertes sean los vientos y cuán gruesa es la capa de ceniza. Si es fina, puede ser diluida por la lluvia, pero la situación es peor si es gruesa, pues tiene un alto contenido de flúor, que no es bueno para los animales", explicó por su parte Gunnarsdottir.
El flúor puede unirse al calcio y producir fluoruro de calcio, que debilita los huesos y dientes del ganado.
Las autoridades exhortaron a los agricultores a poner bajo refugio a sus animales, y cuando esto no es posible (algunos caballos no están habituados a los establos) deben garantizar que tengan agua potable y heno.
Pese a todo, algunos son optimistas. Thorarinn Olafsson planta cebada. "Simplemente estoy cavando en la tierra la ceniza. No es muy profunda donde estoy, apenas uno o dos centímetros, menos que en muchos otros lugares", dijo. Este agricultor intenta sembrar 100 hectáreas de cebada, aunque el año pasado abarcó hasta 160.
"Realmente necesitamos mucha lluvia ahora para eliminar el flúor y otros compuestos tóxicos", afirmó.
¿Es peligroso cultivar cavando las cenizas en el suelo? "No he estudiado el efecto químico, pero el flúor no es tóxico para la vegetación, así que en mi opinión un poco de ceniza en la tierra no debería significar un problema", sostuvo Sigurgeir Olafsson, de la Autoridad Alimentaria y Veterinaria islandesa.
Si la capa de ceniza es gruesa, sin embargo, puede ser muy dañina para los campos. La Asociación de Agricultores teme que no vuelva a crecer el heno en la zona si las erupciones continúan.
La última explosión volcánica causó inundaciones que dañaron carreteras, puentes y diques. Esto provocó escasez temporal de alimentos en la meridional localidad de Vik y problemas con la recolección de leche. Como la dirección del viento ha cambiado y la visibilidad es limitada, la escuela en ese pueblo fue clausurada el lunes.
No está claro si la ceniza llegará a Reikiavik. "Es imposible decir. Depende de cuán fuerte sea el viento, qué dirección tome, cuánta ceniza haya y otros factores", dijo Gunnarsdottir.
En la zona afectada se realizan reuniones para informar a los residentes sobre la situación y los efectos de la ceniza en el ganado y en la vegetación.
La mayoría de los aeropuertos internacionales y locales de Islandia han permanecido abiertos, a diferencia de los del resto de Europa. (IPS Noticias)
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