Un hombre en Singapur mató a su hija de dos años por haberle roto sus cigarrillos

Sallehan Allaudin, de 27 años, fue hallado culpable de homicidio involuntario puesto que el juez determinó que no quería acabar con la vida de la pequeña, según el diario "Straits Times". El condenado evitó así la pena capital, que se hubiera aplicado automáticamente por el asesinato de un menor, así como el castigo corporal que suele ir unido a estos casos en Singapur. Antes de que sucedieran los hechos en enero de 2009, Allaudin había advertido en varias ocasiones a su hija de que no jugara con el tabaco. Preso de la ira por verse desobedecido de nuevo, el hombre propinó un puñetazo a la pequeña, causándole una grave hemorragia que finalmente le provocó la muerte. La madre, Rozanah, defendió pese a todo a su marido y le calificó de "un buen padre" tras el homicidio.