Tres uruguayos laderos del capo narco colombiano

El jefe narcotraficante colombiano Ramón Quintero, considerado por Estados Unidos como uno de los grandes capos en el mundo, llegó este miércoles a Bogotá deportado desde Quito donde había sido capturado la víspera, informaron las autoridades.
Quintero, alias 'El Capo', fue arrestado la tarde del martes en un restaurante de Quito junto con su hija Vanessa, su sobrino alias "El Gordo", quien era su guardaespaldas, y tres ciudadanos uruguayos, dijo a la prensa el jefe de la Policía colombiana, general Óscar Naranjo.
De acuerdo con el jefe policial, Quintero es uno de los 10 narcotraficantes más buscados del mundo y será llevado a la cárcel Cómbita, en Boyacá (centro).
Del grupo de detenidos, sólo Quintero fue deportado a Colombia, indicó Naranjo.
Su captura se logró por labores conjuntas de las divisiones de inteligencia de Ecuador y Colombia.
'El Capo', de 51 años, asumió el mando del cártel de Norte del Valle luego de la muerte de su antiguo líder Wílber Alirio Varela, alias 'Jabón', en 2007 en Venezuela, según la Policía ecuatoriana.
Sin embargo, Naranjo precisó este miércoles que en la actualidad Quintero dirigía una organización surgida de la división de ese cartel.
Quintero está incluido desde el 16 de enero de 2010 en la llamada 'lista de grandes narcotraficantes' que elabora el gobierno de Estados Unidos.
La Policía colombiana precisó que la captura del supuesto narcotraficante, que en los últimos años se movía entre España, Panamá, Perú y Venezuela, se produjo tras dos años de labores de inteligencia.
Según esa institución, con su captura "se logra desarticular una de las principales organizaciones criminales y de narcotráfico del Valle del Cauca, la cual enviaba toneladas de cocaína hacia Estados Unidos y España, a través de Ecuador y Panamá.
El presidente colombiano Álvaro Uribe agradeció a su homólogo ecuatoriano Rafael Correa por la detención de Quintero, al considerar que con ello se "ayuda mucho en la tarea necesaria de erradicar el narcoterrorismo".
Este es el golpe más fuerte propinado a organizaciones criminales desde que Colombia y Ecuador reanudaron a fines de 2009 su cooperación en seguridad, luego de más de año y medio con las relaciones rotas.