Hotel Cervantes de Montevideo: de aquél refugio de grandes escritores al sitio elegido por parejas 'swingers'

El viejo y abandonado hotel Cervantes de Montevideo, construido en 1927, que se ganó un lugar en la literatura rioplatense como escenario de cuentos de los escritores argentinos Adolfo Bioy Casares y Julio Cortázar, será convertido en cinco estrellas y epicentro de un nuevo 'Barrio Literario'. "A Petrone le gustó el hotel Cervantes por razones que hubieran desagradado a otros. Era un hotel sombrío, tranquilo, casi desierto". Así arranca el cuento de Cortázar (1914-1984) 'La puerta condenada', publicado en 'Final del juego' (1956). Bioy Casares (1914-1999), en tanto, escenifica en el Cervantes, por aquellos mismos años, su cuento 'Un viaje o el mago inmortal'.
Curiosamente, ambos narran una historia similar: un hombre que se aloja en el hotel y no puede dormir por los gemidos y llantos provenientes del cuarto vecino.
Este hotel de estilo fiorentino construido en 1927, diseñado por el arquitecto Leopoldo Tossi, disfrutó de un esplendor pequeñoburgués que se transformó, con el paso de las décadas, en un espectro sombrío de habitaciones baratas y bailes de medio pelo, escogido por parejas 'swingers'.
Declarado Monumento Histórico Nacional en 2002, el viejo Cervantes, donde también funcionó un cine y un teatro, se convertirá en 2011 en el cinco estrellas Esplendor Cervantes Montevideo, con una inversión de 8 millones de dólares del grupo argentino Fën Hoteles. El nuevo hotel -que ya está siendo refaccionado- tendrá 85 habitaciones distribuidas en 6.150 metros cuadrados, incluyendo suites VIP, así como salón de eventos, restaurante, salas de lectura, spa con piscina, sauna, ducha escocesa y masajes. También contará con un salón de baile, fiestas y conciertos, incluidos camerines para artistas.
El Esplendor Cervantes Montevideo busca además convertirse en epicentro de un 'Barrio Literario' que promoverá, desde el mismo hotel y los comercios de la zona, el arte y la literatura, fomentando la instalación de librerías y bares literarios.
Quizás el aura de Bioy y Cortázar -que era huésped habitual del Cervantes- le den el ingrediente clave a la iniciativa.
Pero estos dos grandes escritores no fueron los únicos que se hospedaron en el Cervantes. También lo hicieron Jorge Luis Borges (1899-1986); el popular cantante, compositor y actor Carlos Gardel (¿?-1935), y el compositor y poeta Atahualpa Yupanqui (1908-1992). Allí vivió durante años, hasta su muerte, a los 72 años, en 1975, el poeta y filósofo Emilio Oribe. Profesor, decano de la Facultad de Humanidades y Ciencias y miembro de la Academia de Letras del Uruguay, Oribe fue parte de la Generación del Centenario (artistas y escritores que florecieron en los años 30, en el centenario de la independencia de Uruguay) junto a Líber Falco y Sabat Ercasty.
La fama del hotel donde ocurren cosas extrañas ha persistido. Por ejemplo, en el blog conlacamaraenelbolsillo.blogspot.com, puede leerse el siguiente testimonio de 2008: "Como tenía que pasar una noche fuera y no tenía mucho dinero que digamos decidí pernoctar en el Hotel Cervantes (...) Estaba tan cansado que me tiré en la cama a dormir así nomás, vestido. Hasta que me despertaron unos extraños ruidos. Algo parecido a quejidos o lamentos que salían de atrás de un armario". (...) "Ya esa anecdota estaba casi olvidada cuando hace unos días mi hija (...) dejó un libro de Julio Cortazar sobre un sillón (...) En él encontré un cuento que me dejó con la boca abierta y trajo a mí nuevamente los recuerdos de esa noche horrible" en el Hotel Cervantes.