Sangre a voluntad para derrocar un gobierno
Los 'camisas rojas' que se manifiestan en Bangkok para provocar la caída del Gobierno tailandés se extrajeron sangre este martes para esparcirla delante de la sede del Ejecutivo, y simbolizar de este modo el "sacrificio" del pueblo, comprobó AFP. Miles de manifestantes, leales al primer ministro depuesto Thaksin Shinawatra, hacían cola para dar una pequeña cantidad de su sangre y ponerla en botellitas de plástico, todo ello bajo control médico.
Los 'rojos' esperan recolectar hasta 1.000 litros de sangre, que serán derramados a las 18h00 locales (11h00 GMT) ante de la sede de Gobierno.
"Esta sangre es una ofrenda de sacrificio para mostrar nuestro amor por la Nación, para mostrar nuestra sinceridad", proclamó Veera Musikapong, uno de los líderes del movimiento.
Los 'rojos', seguidores del ex primer ministro en exilio Thaksin Shinawatra, congregaron a unas 90.000 personas en el centro de Bangkok desde el pasado fin de semana. Con esa manifestación reclamaban la dimisión del primer ministro tailandés, Abhisit Vejjajiva, y la celebración de elecciones anticipadas.
"Hoy derramamos nuestra sangre (...) Estamos en lucha", declaró Nattawut Saikur, otro líder de los 'rojos'. "Si Abhisit se aferra (al poder) aunque no tenga sangre en las manos, la tendrá a sus pies".
Los responsables del movimiento afirmaron que la operación estaba perfectamente controlada en el plano médico y mencionaron el uso de 60.000 jeringas nuevas.
"Tenemos tres locales para las donaciones de sangre. Todos los que hacen las extracciones son médicos, enfermeras o personas cualificadas provenientes de hospitales privados o públicos", afirmó Veera.
Los 'camisas rojas' consideran ilegítimo a Abhisit y no quieren esperar hasta las elecciones a finales de 2011. Reclaman el retorno al orden institucional que prevalecía antes del golpe de Estado que derrocó a Thaksin en 2006.
Abhisit, que llegó al poder a finales de 2008 por un juego de inversiones de alianzas parlamentarias, conserva el respaldo del Ejército y se niega a dimitir.
Las manifestaciones son las más importantes desde abril de 2009, cuando se produjeron dos muertos y numerosos heridos.
El Gobierno teme que el movimiento degenere en violencia y ha instaurado un cuartel general de crisis con el Estado Mayor militar en el seno de 11º regimiento de infantería. Cerca de 50.000 miembros de las fuerzas del orden fueron desplegados, aunque hasta ahora ninguna violencia se había producido en esta jornada del martes.
Por su parte, el Parlamento tailandés postergó una sesión que tenía prevista para este martes, ya que muchos de sus diputados y senadores renunciaron a salir a la calle por razones de seguridad, informó su presidente.
La sociedad tailandesa está profundamente dividida entre las poblaciones rurales, favorables a Thaksin, y las élites tradicionales de la capital -palacio real, altos funcionarios, militares- que le reprochan su populismo, su mercantilismo y la amenaza que según ellos representa para la monarquía.
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