El Parlamento británico decidió no comprar un gato para combatir a los roedores
La pregunta es: ¿Se necesita un gato o no? Un interrogante que por lo general es debatido en el seno familiar fue tema de discusión este miércoles en la Cámara de los Lores británica, debido a que el célebre Palacio de Westminster está plagado de roedores. Quienes concurren a los restaurantes señalan que el encuentro con los indeseados habitantes no es precisamente poco frecuente. La baronesa Finlay of Llandaff, miembro de la Cámara, propuso en el momento clave que se adquiriera un gato. Pero el jefe administrativo, lord Brabazon of Tara, rechazó la idea. "Un gato traería aparejados muchos problemas, porque sería difícil evitar que anduviera por encima de los escritorios o que incluso ingresara en la sala de sesión", objetó. En lugar del felino se decidió contratar a cazaratones profesionales.
0 comentarios