Penélope Cruz y Javier Bardem eclipsan la ceremonia de los Goya
Era la primera vez que la pareja asistía junta a un acto público en España. No obstante, no se lo pusieron fácil a la prensa ya que entraron por separado y sólo pudieron ser fotografiados mientras seguían la ceremonia desde las butacas. Esta ha sido la primera vez que la pareja se deja ver junta en un acto público en España. Además del triunfo absoluto de ‘Celda 211’ y del frío glacial que dejó a más de una invitada tiritando, la XXIV edición de los premios Goya tuvo como protagonistas indiscutibles a los actores más internacionales del momento: Penélope Cruz y Javier Bardem, quienes decidían asistir, por primera vez, juntos a un acto público en nuestro país.
No obstante, no quisieron ponérselo del todo fácil a los fotógrafos y jugaron al despiste, al menos en los primeros momentos. Así, era Penélope la que, sola y minutos antes de las nueve de la noche, hacía su aparición sobre la 'alfombra verde' con un Gianni Versace vintage, color blanco roto, ceñidísimo y con escote palabra de honor con el que logró convertirse en una de las más elegantes de la noche.
Casi como por arte de magia, aparecía sentado Bardem junto a su novia en la primera fila del auditorio del Palacio de Congresos y Exposiciones. Vestido con un traje negro y camisa blanca, en esta ocasión Javier se decantó por una corbata, también negra.
Y por si alguien no se había percatado de la imagen que la pareja estaba regalando al presidente de la Academia, Álex de la Iglesia, Buenafuente, conductor de la gala, dijo en tono de sonra nada más comenzar la retransmisión: ‘Hombre, si están Mónica Cruz y Carlos Bardem también. ¡Ah, no! Que son sus hermanos’.
Flanqueados por dos buenos amigos y sin parar de sonreir
La pareja, desde sus respectivas butacas no dudó en responder a la broma del humorista con la misma carcajada que el resto de los invitados.
Javier y Penélope aparecían flanqueados desde estos asientos de primera fila por uno de los mejores amigos de ambos: El también actor Jordi Mollá y Lola Dueñasz, quien, curiosamente arrebató a la de Alcobendas la estatuilla como actriz protagonista por su trabajo en ‘Yo también’.
A pesar de que no logró llevarse el busto a casa, la actriz aseguraba a la entrada de la gala que no esperaba llevárselo, aunque había decidido asistir por la gran cantidad de amigos que había nominados en esta edición. ‘Mañana era el almuerzo de nominados a los Oscar pero he preferido estar aquí porque hay mucha gente que quiero mucho y deseo estar a su lado’, aseguraba a las cámaras de Televisión Española.
Penélope subió al escenario para entregar el premio al Mejor actor de reparto a Raúl Arévalo por ‘Gordos’, aunque a esta candidatura optaba su cuñado, Carlos Bardem, al que, seguramente, hubiera deseado entregarle el busto del pintor.
Mejor suerte tuvo Javier Bardem, quien sí pudo entregar el Goya al mejor Intérprete Masculino a un gran amigo suyo: Luis Tosar, con quien fraguó una gran amistad durante el rodaje de ‘Los lunes al sol’.
Penélope finalmente se quedó sin estatuilla por su trabajo en 'Los abrazos rotos', aunque ésta recayó en las manos de otra compañera de trabajo: Lola Dueñas, a la que conoce bien y con quien ha coincidido en las últimas dos películas de Pedro Almodóvar. Precisamente él iba a ser de nuevo, el gran ausente de la gala.
Sin embargo, el director manchego hizo oficial su reconciliación con la Academia de Cine apareciendo por sorpresa en el escenario para entregar el galardón a la Mejor película, que también cayó sobre la película de Monzón, la gran triunfadora de la noche con ocho estatuillas. 'Tenéis un presidente muy pesado, por eso estoy aquí', explicó el cineasta.
Al término de la gala, la pareja más perseguida de la noche se perdió por las calles de Madrid. Si celebraron o no con la 'troupe Bardem', Almodóvar y los actores de Celda 211 el triunfo de la película de Monozón es, a estas horas, toda una incógnita.
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