El pequeño gigante de la NBA
Nate Robinson es un base de apenas 1,74 que juega en New York. Ayer, en Dallas, se llevó por tercera vez el Concurso de Volcadas, algo inédito. El pequeño que se hace gigante en el All-Star Game de la NBA. Se suele decir –muchas veces con razón- que el básquetbol es un deporte para altos. Nate Robinson, base de New York Knicks, se encarga desde hace algunos años, en el All-Star Game de la NBA, de demostrar que existen excepciones a la regla. Una vez más, por tercera ocasión (antes, en 2006 y 2009), el jugador de 1,74 metros ganó el Concurso de Volcadas.
Robinson ganó su nuevo título con lo justo, al recibir 51% de los votos de los espectadores para superar al novato de los Raptors de Toronto DeMar DeRozan, quien llegó a la ronda final tras lograr una puntuación perfecta, 50, en su segunda volcada de la primera ronda.
En su volcada final, Robinson lanzó la pelota contra el tablero, tomó el rebote y giró en el aire y la metió de espaldas con las dos manos. Luego, llegó el momento de la nueva consagración y del festejo con agitando pompones azules y plateados, cual porrista de los Cowboys de Dallas de la NFL –equipo que hace de local en el estadio que alberga al Juego.
Todavía emocionado por una nueva victoria, el base dejó en claro que ya no volverá a competir en el Concurso de Volcadas. "Esta ha sido la última. No creo aguantar otra prueba. Estoy feliz con esta tercera victoria", indicó.
En las otras pruebas de la noche, Paul Pierce, de Boston Celtics, ganó la competencia de triples, el canadiense Steve Nash (Phoenix Suns) se impuso en las pruebas de habilidad y el equipo de Texas resultó vencedor en la exhibición de tiros contrarreloj.
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