Bombas y trampas de los talibanes frenan a fuerzas de EEUU que no pueden destruir su reducto
Escuadrones de infantes de Marina estadounidenses y soldados afganos avanzaban con lentitud el domingo al interior del reducto talibán de Marjah, frenados por la necesidad de revisar casas con trampas explosivas una por una. Las bombas caseras y minas dejadas por los insurgentes obstaculizaban el avance de los miles de soldados estadounidenses, británicos y afganos que forman parte de la operación más ambiciosa de la OTAN hasta ahora en su intento de quitar a la insurgencia el control de su región base en el sur del país.
Militares estadounidenses con detectores de metales y perros encontraron explosivos listos para detonar a medida que avanzaban de una construcción a otra. También descubrieron puestos de francotiradores recién abandonados, donde había trampas con granadas.
La OTAN dijo que esperaba tomar Marjah, la principal ciudad bajo control del Talibán y un punto clave para el tráfico de opio, en unos días y luego crear un gobierno local y enviar asistencia. Es el primer desafío para la nueva estrategia de Estados Unidos, que busca revertir su suerte en una guerra que ya lleva ocho años. La ofensiva es la más grande desde que Estados Unidos invadió Afganistán en el 2001.
Los militares han sostenido al menos dos reuniones, llamadas shuras, con los residentes: una en el distrito norteño de Nad Alí y la otra en la propia Marjah, según dijo la OTAN en un comunicado. Las conversaciones han sido "buenas", agregó, y se planean más encuentros en los próximos días para intentar generar apoyo local para la operación.
Al menos 27 insurgentes murieron hasta ahora en la ofensiva, dijeron el domingo funcionarios afganos. El vocero del gobierno de Helmand Daud Ahmadi dijo que los soldados encontraron un gran arsenal de materiales para hacer bombas en un predio en Marjah.
La mayor parte de los combatientes talibanes parecían haberse dispersado ante el avance de una fuerza muy superior, probablemente para reagruparse y lanzar más tarde ataques que impedirían estabilizar la zona y extender el control del gobierno nacional en el inestable sur del país.
Dos soldados de la OTAN, un estadounidense y un británico, murieron el primer día del ataque, según funcionarios militares.
Más de 30 helicópteros de transporte llevaron militares al centro de Marjah antes del amanecer del sábado, mientras soldados a pie cruzaban el distrito de Nad Alí, al norte de la ciudad. Marjah, de construcciones de adobe, es desde hace tiempo un reducto del Talibán.
El general de división Gordon Messenger dijo en Londres que las fuerzas británicas "han establecido control militar de la zona con éxito", con apenas respuestas esporádicas de los insurgentes. Un vocero del Talibán, sin embargo, aseguró que sus fuerzas seguían controlando la localidad.
El domingo, la mayoría de los infantes de Marina decían que hubieran preferido una batalla a tiros antes que el avance tortuoso al que estaban obligados.
"Básicamente, si escuchas el 'bum', es bueno", dijo el cabo Justin Hennes, de 22 años, de Lakeland, Florida. "Significa que aún estás vivo luego que la cosa explotó".
Los comandantes de la Infantería de Marina estadounidense habían dicho que esperaban encontrar a entre 400 y 1.000 insurgentes refugiados en Marjah, entre ellos más de 100 combatientes extranjeros.
Oficiales militares dijeron que la operación, bautizada "Moshtarak" (Juntos), es la más grande acción conjunta de la guerra en Afganistán, con unos 15.000 militares. El gobierno local dice que al menos la mitad son afganos.
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