La penitencia de Lindsay Lohan

'LiLo' sabe que para estar en la cresta de la ola le hace falta algo más que tener buenos resultados en la taquilla. Ya sea por sus desnudos (a los que nos tiene últimamente demasiado acostumbrados), el cruce de acusaciones públicas con su padre o sus interminables peleas con su ex Samantha Ronson, siempre tiene que ingeniárselas para ser noticia. Su último 'hit' ha sido emular al mismísimo Jesucristo en la portada de la revista francesa 'Purple'. Que se prepare para lo que se le avecina.
El posado en cuestión no tiene desperdicio. La estrella aparece ataviada de blanco con los brazos extendidos simulando la crucifixión. Y no le falta ni siquiera la corona de espinas con la que Cristo sufrió su particular martirio. Pero ella no es que sea precisamente una 'mártir', más bien al contrario.
Seguramente a sus fans católicos no les haya hecho demasiada gracia la última salida de tono de la intérprete hollywoodiense. Todo sea por seguir haciendo caja y consiguiendo papeles en la gran pantalla. Lohan es como un potro desbocado que no piensa en las consecuencias y se lanza al vacío sin miedos.
El prestigioso fotógrafo Terry Richardson ha sido el encargado de inmortalizar a esta 'celebrity' tan peculiar. Más le vale a Lindsay aparentar ser una chica buena, porque con tantos frentes abiertos puede que ella misma tenga que purgar próximamente por sus pecados.