Intriga en el Vaticano

El Vaticano negó el martes haber filtrado a la prensa los documentos que provocaron la renuncia de un prominente periodista católico, interviniendo así en una historia de intriga eclesiástica que domina los titulares italianos desde hace semanas y que incluye escándalos sexuales.
El número dos del Vaticano dijo en un comunicado que las noticias de que funcionarios apostólicos filtraron los documentos eran falsas y que el mismo papa Benedicto XVI "deploraba estos ataques injustos e insultantes" que "denigraban la Santa Sede".
El comunicado _inusual por responder puntualmente a rumores sin fuente_ fue la confirmación de que un escándalo que afectaba solamente a la Iglesia italiana había llegado a los más altos niveles de poder en el Palacio Apostólico y evidentemente el Papa quería ponerle fin.
La intriga comenzó a mediados del año pasado, cuando el diario Il Giornale publicó noticias basadas en supuestos documentos judiciales según las cuales el director de Avvenire, el periódico de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), se había visto involucrado en un caso de acoso con matices homosexuales varios años antes.
Al principio se consideró que se trataba de una represalia de Il Giornale, cuyo dueño es el hermano de Silvio Berlusconi, contra Avvenire por sus duras críticas a los escándalos sexuales atribuidos al premier.
El director de Avvenire, Dino Boffo, reconoció que había pagado una multa como parte de un acuerdo judicial _cuyos detalles no han trascendido_, pero negó haber efectuado llamadas acosadoras. Sin embargo, renunció con el argumento de evitarles humillaciones a su familia y la Iglesia.
Tres meses después, el director de Il Giornale, Vittorio Feltri _autor de los primeros artículos_ reconoció que los documentos que insinuaban un matiz homosexual en el caso eran falsos y ofreció disculpas a Boffo en una carta publicada en primera plana.
El escándalo reapareció la semana pasada cuando Feltri dijo que el documento había llegado a sus manos de un funcionario eclesiástico "institucional" en quien confiaba.
La revelación alimentó las conjeturas en la prensa de que un alto funcionario vaticano había filtrado el documento para poner en apuros a sus contrapartes, los prelados italianos.
Desde hace tiempo se conocen versiones de peleas territoriales y de otro tipo entre el secretario de Estado vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone, y la conducción de la CEI.
En su declaración el martes, Bertone dijo que las versiones de que el director del diario vaticano L'Osservatore Romano había entregado los documentos a Feltri eran "infundadas".
"A partir de la proliferación de las afirmaciones e hipótesis más increíbles... parece claro que todo se basa en certezas infundadas con la intención de atribuirle gratuita y calumniosamente al director de 'Osservatore Romano' un acto inmotivado, irracional y malicioso", escribió Bertone.
"El santo padre Benedicto XVI, que se mantiene constantemente al tanto, deplora estos ataques injustos e injuriosos, reitera su fe completa en sus colaboradores y ruega que aquellos que en verdad desean el bien de la Iglesia obren por todos los medios para asegurar que triunfen la verdad y la justicia".
Es frecuente que en la prensa italiana aparezcan noticias sin fuente acerca de las intrigas políticas italianas y conspiraciones en el Vaticano, pero es raro que tales versiones merezcan una refutación tan exhaustiva y de tan alta fuente como Bertone.