Mujica se equivocó al invitar al dios falso

Escribe Carlos Lemos
Si el presidente electo de Uruguay, José Mujica, además de haber hecho campaña por todo el territorio nacional, se hubiera tomado la molestia de entrar a algún centro de adictos en su propio país, hubiera encontrado soberbias sorpresas. Habría conocido a ex adictos no solamente totalmente recuperados sino que dan clases y ayudan a jóvenes con sus vidas prácticamente destrozadas a salir del infierno. Individuos que un gobierno debería rescatar para, precisamente, impulsar una gran campaña antidrogas. Pero no, Mujica dio un paso desconcertante al invitar a Diego Armando Maradona para que "le hable a los jóvenes, no sólo de la droga, sino del deporte, de agarrar una globa, hacer actividad física, pues ese es el camino para que se vayan alejando de otras cosas". Maradona, desde Sudáfrica, aceptó de inmediato la invitación, una vez que finalice el mundial de fútbol.
Mire, Mujica, lo único que puede hacer bien Maradona es mostar cómo se agarra una globa, como usted dice. Pudo haber sido el mejor jugador del mundo, tal vez haber igualado a Pelé o superarlo, poco importa. Lo que realmente importa es que Maradona es un soberano impertinente. Un individuo que hace pocos días en el propio Estadio Centenario, frente a 50 mil uruguayos, empleó un lenguaje soez que obligó a la FIFA a suspenderlo. Y el recuerdo es bien reciente ¿verdad Mujica?. Entonces cómo se anima a invitar a un personaje de tales características, capaz de decir cualquier disparate, ofender, y agraviar como si la impunidad marchara en forma paralela a su fortuna. Además, Maradona no es ejemplo de nadie como persona de bien; su historial deportivo está salpicado de vergonzosos escándalos de todo tipo. ¿Que pretende usted Mujica con esta disparatada invitación? ¿Acaso quedar bien, con un tiro por elevación, con los piqueteros de Gualeguaychú que nos tiene cortado el puente internacional hace tres años y no pasa nada? ¿Acaso usted ha sido asesorado por algún "iluminado", fanático del "Dios Maradona".
Pésima elección, Mujica, pésima.