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CAUSA ABIERTA

Mala sangre en Uruguay

Mala sangre en Uruguay

El director del Servicio Nacional de Sangre de Uruguay, Andrew Miller, fue removido de su cargo esta semana, luego de que el cierre de una investigación interna confirmara una serie de irregularidades por las cuales en junio de 2009 fue separado de su cargo.
En dicha investigación interna se detectaron irregularidades tales como la compra de reactivos vencidos o a punto de vencer y el envío gratuito de hemoderivados a la mutualista CAMS (Cooperativa de Asistencia Médica de Soriano), según informó este viernes el diario El Observador.
Fuentes de la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE) dijeron al matutino que una auditoría constató que Miller ocasionó con algunas de sus maniobras una pérdida al Estado estimada en los US$ 400 mil.
La resolución de remover a Miller del Servicio Nacional de Sangre fue adoptada por el directorio de ASSE esta semana. Junto con la remoción de Miller se definió también la separación del cargo, con elaboración de sumario administrativo, a la directora técnica y al encargado de stock del Servicio Nacional de Sangre.
ASSE resolvió en la instancia iniciar una nueva auditoria independiente en el Servicio Nacional de Sangre para reinvestigar los hechos. Una vez finalizada esta pesquisa se consideraría presentar una denuncia ante la Justicia contra Miller.
En junio de 2009, en ocasión de la separación del cargo de Miller -quien estuvo al frente del Servicio Nacional de Sangre por más de 15 años- también fue cesado en sus funciones el administrador del organismo, Juan Fase, quien volvió al Hospital Pereira Rossell, donde se desempeñaba anteriormente.
Antecedentes
No es la primera vez que el Servicio Nacional de Sangre, con Miller al frente, se ve envuelto en una investigación administrativa. En el año 2003 una directora de Contaduría de ASSE –de iniciales M.C– y su hermano fueron procesados por un delito de fraude que involucró al organismo.
En aquel momento, la investigación iniciada por Salud Pública detectó que la jerarca priorizaba, según indicaron las fuentes, ciertas transferencias de dinero hacia algunas unidades ejecutoras a cambio de favores personales.
En el caso del Servicio Nacional de Sangre fue contratado el hermano de la jerarca para que realizara el traslado de materiales. Durante el juicio penal se constató que dichos traslados no pudieron ser justificados ya que el hermano de la jerarca no tenía ninguna flota de vehículos ni personal a su cargo.

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