¿Por qué nos suceden determinadas cosas?

La vida es un camino sorprendente, en el que momentos de plenitud de golpe se desvanecen, pues sucede algo inesperado, o contrariamente en ocasiones que tocamos fondo solemos encontrar una ayuda o alguien que nos cambia el rumbo. Así surge la interrogante más antigua de los tiempos ¿por qué nos suceden determinadas cosas?
A esta pregunta se suscitan diferentes respuestas, según la religión o creencia el porqué podría ser: Dios, la Energía Divina, la casualidad, la causalidad o el destino.
Algunas personas consideran que los hechos suceden por casualidad, por azar, y no buscan demasiada explicación a estos acontecimientos, suelen decir “que mala suerte que tengo” y cosas por el estilo.
Otros individuos creen en el destino, es decir en el poder sobrenatural que guía sus vidas. Por su parte, sostienen que es inevitable o ineludible. Asimismo, en la cultura occidental la mayoría de las religiones han creído en formas de destino, especialmente relacionadas con la predestinación. El destino es un camino con muchas direcciones.
Desde el punto vista filosófico el destino  sería la sucesión de desconocidos e inevitables acontecimientos que ocurren en diferente lugar y tiempo cuya consecuencia afectará uno o más hechos futuros.
El destino se relacionaría con la teoría de la causalidad que afirma que «toda acción conlleva una reacción, dos acciones iguales tendrán la misma reacción», a menos que se combinen varias causas entre sí haciendo impredecible a nuestros ojos el resultado.
Según dicha teoría, nada existe por azar al igual que nada se crea de la nada, todo tiene una causa, y si tiene una causa estaba predestinado a existir desde el momento en que la causa surgió. Debido a que la inmensa cantidad de causas es impensablemente inmensa, nos es imposible conocerlas todas y enlazarlas entre sí.
Desde un punto de vista religioso el destino es un plan creado por Dios, por lo que no puede ser modificado de ninguna manera. Esto, por supuesto, exceptuando el conocimiento judeocristiano que rechaza de plano desde la Sagrada Escritura la existencia de una predestinación absoluta, ya que existe el libre albedrío.
Por otra parte, están quienes creen en La Ley del Karma que es la  que ajusta  el efecto a su causa. Todo lo bueno o malo que hemos hecho en una vida, nos traerá consecuencias buenas o malas para ésta o próximas existencias.
La Ley del Karma gobierna todo lo creado,  y es una ley inmodificable. Esta se conoce  en las religiones como "justicia celestial". Quien viola una ley crea dolor para sí mismo.
En la Gnosis, se simboliza con una balanza. El platillo derecho corresponde a las buenas obras y se le denomina DARMA. El platillo izquierdo corresponde a las malas obras y se le llama KARMA. A esta ley se le conoce también como ley de acción y consecuencia ó causa y efecto.
Algunas frases celebres al respecto:
“La vida es hermosa, vivirla no es una casualidad”.Albert Einstein
“Lo que llamamos casualidad no es ni puede ser sino la causa ignorada de un efecto desconocido”.Voltaire
"A menudo encontramos nuestro destino por los caminos que tomamos para evitarlo." Jean de la Fontaine
“No mires nunca de donde vienes, sino a donde vas”.Pierre Augustin de Beaumarchais
Finalmente, más allá de las creencias y la posible respuesta a esta interrogante, las cosas suceden y es necesario enfrentarlas pues las agujas del reloj no se detienen. Entonces no nos podemos estancar en este cuestionamiento por muy válido que sea, pues la vida continúa y debemos vivirla en total plenitud. (UyPress)