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CAUSA ABIERTA

La adicción de siempre ir por más

La adicción de siempre ir por más

Las obligaciones y la rutina, nos llevan a correr automatizados como robots de un lado hacia otro, para poder cumplir con nuestras expectativas sociales. En esa carrera vertiginosa transcurren los días en busca de una “mejor calidad de vida”, argumento bastante cuestionable, pues se puede caer en la adicción de siempre ir por más.
Los extraordinarios avances tecnológicos del siglo XXI si bien han favorecido aspectos de nuestras vidas, nos han incrementado el espíritu consumista, pues deslumbrados por el nuevo modelo de celular, de computadora, de televisor, automóvil  y así la lista sería innumerable, corremos tras ellos sin cuestionarnos demasiado.
Asimismo, el diálogo entre familiares y amigos se ha visto perjudicado, cada vez nuestros tiempos son más acotados. Por otra parte, el espacio de recreación personal es menor, y el cuestionamiento primordial a cerca del costo beneficio de este ritmo de vida es practicamente nulo. Muchos especialistas sostienen que no es que nos falta tiempo para analizar este tipo de situaciones, simplemente no lo queremos hacer y nos escudamos bajo el viejo dicho “no me queda tiempo para nada”.
Ercich Fromn, en su libro "El amor a la vida", reclama sobre las necesidades vitales del hombre, las que le permiten cuestionarse, pensar, proyectarse, defender sus ideales, sus principios, expresar su creatividad y enriquecer su espíritu.Según el Terapeuta " la vida consiste en nacer continuamente".
Este tema analizado por infinidad de personas a lo largo de la historia ha sido cuestionado constante, y Fromn en absoluto acuerdo con Marx dice: “Creo en verdad que estos cambios sólo podrían lograrse sobre la base de la profunda vivencia de los hombres que deben desear más vida, menos rutina, liberarse del hastío y sentir necesidades que los hagan más vitales, más libres y felices”, agrega en dicho libro.
Por su parte, el especialista destaca la importante función que juegan los sueños en las personas. El sueño es el lenguaje universal, lo hablamos todas las noches, aunque muchas mañanas no recordamos nada de lo sucedido, debemos según Fromn analizarlos, pues ellos son luces que nos advierten situaciones que durante la vigilia, en estado consciente, quizás ignoremos.
El lenguaje nocturno es simbólico, aquí los pensamientos adquieren plena subjetividad, en los sueños somos independientes, libres, dejamos volar nuestra creatividad. Asimismo, nuestra mente se deshoga y advierte.
Más allá de poder analizar estos sueños, es importante no dejar de soñar durante el día, de proponernos cambios, metas, pues siempre existen proyectos ideas que quedaron por hacer y que nunca es tarde, sólo es cuestión de querer y tomar la iniciativa, para no aletargarnos en esa rutina infame que nos achata y no nos permite crecer ni avanzar.
Finalmente, no tengamos miedo a pensar o analizar nuestro día, los acontecimientos que nos ocurren son nuestro presente, y no podemos ponernos una venda ante los ojos intentando ocultar lo que no queremos ver, miremos detenidamente y cambiemos lo que nos disgusta, ese es el primer paso para luego comenzar a llevar a cabo nuestros más preciados anhelos. (UyPress)

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