Israel y el Vaticano negocian sobre lugares sagrados
Israel y el Vaticano están en conversaciones para poner fin a la larga disputa sobre la propiedad y el estatus fiscal de sitios religiosos de Tierra Santa, incluyendo un lugar venerado como el escenario donde se celebró la Última Cena. Las iglesias adquirieron grandes cantidades de tierra en torno a Jerusalén cuando el imperio otomano entró en declive, a partir del siglo XIX, mucho antes de que Israel se fundara en 1948.
Hoy, muchos edificios oficiales israelíes están en tierra alquilada a la Iglesia. Pero un acuerdo sobre el estatus legal de estas antiguas propiedades le ha sido esquivo a gobiernos y papas durante décadas.
"El nuevo estado heredó naturalmente la obligación de respetar y observar estos derechos creados previamente a su existencia", dijo un experto católico en relaciones de la Iglesia con Israel, que habló bajo condición de anonimato.
El Vaticano estaba intentando salvaguardar sus derechos sobre los tratados y costumbres internacionales que se remontan a antes del establecimiento del estado judío moderno, dijo el jurista.
Uno edificio en disputa está en un callejón estrecho fuera de las murallas de la Ciudad Vieja de Jerusalén. Su segundo piso es el cenáculo donde los cristianos creen que Jesús celebró su última cena. La tradición judía dice que el piso de abajo es el lugar de enterramiento del rey David.
El vicerresponsable de Exteriores Danny Ayalon, encargado del equipo negociador israelí, dice que al Vaticano le gustaría controlar el edificio de la era de las Cruzadas, que fue una parada de la gira del Papa Benedicto XVI por Tierra Santa el año pasado.
Israel quiere mantener el "status quo" sobre la propiedad, asegurando su soberanía, al tiempo que llegar a un acuerdo sobre las deudas acumuladas en el transcurso de los años que la Iglesia adeuda al estado.
"Estamos más que deseosos de asegurar a la Iglesia que mantendremos todas las propiedades intactas y protegidas", dijo Ayalon.
"Realmente es una cuestión de confianza y relación (..) creo que eso es lo principal", dijo a Reuters en una entrevista.
El Vaticano quiere que se reconozcan sus "derechos históricos" para la exención de impuestos, y establecer normas para proteger lugares religiosos y el retorno de lo que llama la propiedad perdida de la Iglesia.
Los negociadores se encontraron este mes pero no llegaron a un acuerdo y acordaron encontrarse de nuevo.
Aunque sólo se discute la situación de unos cuantos lugares, el resultado podría tener un impacto en transacciones futuras, particularmente en Jerusalén, donde las instituciones religiosas son grandes propietarias de tierras.
Un responsable israelí familiarizado con las conversaciones dijo que Israel estaba preocupado por que cualquier concesión establezca un precedente.
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