No a la Gestapo de Punta del Este o de cuando un hombre de gobierno es serio

Escribe Carlos Lemos

Dos menores de 16 y 17 años le robaron un celular a una escribana argentina en Punta del Este: expulsados. Un enfermo psiquiátrico que resolvió irse del encierro en Treinta y Tres se largó hasta la península para tomar un poco de sol: expulsado. La jueza Adriana Graziuso se acomoda su blonda cabellera y continúa con el operativo de limpieza étnica de uruguayos indeseables del principal balneario uruguayo y los promotores turísticos la aplauden de pie, aunque ni ella ni la policía tienen la más mínima idea de quiénes están consumando millonarios robos de joyas a magnates "que prefieren privacidad", según expresó la propia magistrada. Un joven de 18, una mujer de 45 y un hombre de 35 se salvaron de la expulsión porque pudieron llegar a Montevideo, hasta donde llegó "el largo brazo de la ley" que procedió a sus detenciones, luego de robarles -dicen- unas chucherías a turistas paraguayos. Ya son 33 (como los Orientales) los uruguayos expulsados de Punta del Este. Para colmo un incomprensible jerarca de izquierda, ex tupamaro, llamado Jorge Bonomi, se fue a la cueva de la derecha, el semanario Búsqueda, para darle su apoyo a la jueza en su "operación Gestapo", anunciar que el futuro gobierno de Mujica hará especial hincapié en la represión y que de inmediato se construirán dos cárceles nuevas. Varios juristas y jueces ya dieron su oponión sobre la atrocidad constitucional que se está perpetrando en Punta del Este, sin embargo ninguna figura del gobierno se pronunciaba en contra hasta que apareció el Prosecretario de la Presidencia, Jorge Vázquez. Con su tono moderado pero letal arrastró por los suelos al renegado Bonomi y los fascistas que están de fiesta. Siempre con su bajo perfil, tratando de eludir a la prensa, el jeraraca esta vez aceptó dar algunas respuestas al Canal 12. Cuando se le preguntó qué opinaba sobre las expulsiones de uruguayos de Punta del Este dijo: "mire, aunque un hombre haya cometido un delito, tiene todo el derecho del mundo de andar por donde quiera y rehacer su vida. No voy a meterme con resoluciones judiciales, pero este tema es muy, muy delicado..." Al ser consultado sobre su opinión sobre el tema de la represión que Bonomi había puesto sobre el tapete, el rostro de Jorge Vázquez (hermano del presidente de la República) se endureció y dijo: "mire entre la represión y los derechos humanos, primero están los derechos humanos". Y no lo dice cualquiera, lo dice un hombre que ha crecido y es poseedor de una coherencia pocas veces vista. El primer día que entró en funciones dijo "que le toque al que le toque" y a partir de ese momento, por primera vez en Uruguay, empezaron a entrar a la cárcel grandes narcotraficantes, abogados de renombre, aduaneros corruptos, funcionarios realmente indeseables, miembros del crimen organizado y todo tipo de lacra en serio, no esos pobres desdichados expulsados por la blonda jueza. Sobre las espaldas de Jorge Vázquez recae todo el peso de dirigir a las fuerzas de seguridad para combatir a la delincuencia organizada y lo ha hecho y lo sigue haciendo muy bien (porque de anteriores jerarcas que ocuparon ese puesto vital, más vale ni hablar), sin olvidarse por un instante de los derechos humanos.